El 21 de julio de 1969, el mundo se paralizó para contemplar «un pequeño paso para el hombre, pero un gran paso para la Humanidad», es decir, la llegada del primer ser humano a la Luna. En España, la voz que retransmitió aquel momento histórico fue la de Jesús Hermida, que, tras aquel hito, se convirtió en uno de los grandes emblemas de la televisión nacional. Ayer, esa voz se apagó. El histórico presentador falleció a primera hora de la noche a los 77 años en Madrid.

 Nacido en Ayamonte en 1937, el onubense inició su carrera en el semanario de Acción Católica, Signo, desde donde pasó a la agencia Europa Press. Más tarde, formó parte del equipo de reporteros de La Actualidad Española, hasta que llegó a ser el segundo de a bordo del mítico diario Informaciones. Desde ese puesto saltó a Televisión Española en 1967 y, un año más tarde, se trasladó a Nueva York como el primer corresponsal de la cadena estatal en la ciudad de los rascacielos, un cargo en el que permaneció más de 11 años y durante el cual retransmitió la llegada del hombre a la Luna. «Cuando salí de la NASA miré al cielo, a la Luna y dije: ‘ahí hay dos tíos y yo lo he contado’. No me lo podía creer», señaló años más tarde. Sin embargo, cuando ya se había retirado de la pequeña pantalla, confesó que su trabajo más emocionante fue la madrugada en la que enterraron a Robert Kennedy.

Con su estilo inconfundible y su famoso flequillo se hizo un hueco en los hogares españoles durante aquellos que permaneció en Estados Unidos y se convirtió en uno de los referentes de aquella televisión sin competencia.

En 1978, regresó a España, donde participó en diferentes programas de la pequeña pantalla como De cerca, Crónica 3 o Su Turno) y, posteriormente, también hizo su incursión en la radio con espacios como La Hora Cero y Viva la Gente.

En 1987, volvió a la televisión con el espacio Por la mañana, que aumentó, aún más, su popularidad. Se trataba de un programa de cuatro horas de duración, con diferentes secciones y contenidos, que supuso el relanzamiento de profesionales veteranos en los medios de comunicación como María Teresa Campos y Javier Basilio, así como una auténtica cantera de promesas luego convertidas en estrellas: Nieves Herrero, Consuelo Berlanga, Irma Soriano, Miriam Díaz-Aroca... Todas ellas conocidas en esa etapa como chicas Hermida.

En 1991, tras haber dirigido el Telediario nocturno, abandonó RTVE y, con la llegada de las televisiones privadas, dio el salto a Antena 3, convirtiéndose en uno de los buques insignia de la cadena al popularizar un estilo de programa en el que la información se mezclaba con contenidos de entretenimiento. Incluso llegó a ser nombrado director de Antena 3 en 2002, cargo que dejó en 2003.

 En octubre de 2004, Hermida se incorporó a Castilla La Mancha TV para presentar la segunda edición de Noticias. En 2006, volvió a Televisión Española para presentar el programa La imagen de tu vida y, un año después, condujo La tele de tu vida, variante del anterior. Además, en julio de 2009 se emitió el especial ‘Regreso a la Luna, en el que el onubense celebraba el 40 aniversario de la retransmisión del primer alunizaje.

Distinciones. El periodista, era, además, fundador de la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión de España, que le reconoció con el galardón Toda una Vida en 2005. Asimismo, tiene en su haber el Premio Víctor de la Serna de la Asociación de la Prensa de Madrid.

Entre sus numerosos distinciones destaca también el Premio Nacional de Televisión, otorgado en 2012 por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. El jurado acordó galardonarle por «su profunda significación en su completa trayectoria como periodista, creador y conductor de programas desde los inicios de la televisión pública. Así como por su decisiva contribución al nacimiento y desarrollo de las cadenas privadas en España». También fue reconocido con varios Premios Ondas, TP de Oro y la Antena de Oro.

Uno de sus últimos trabajos profesionales fue en el libro Yo abdico, coordinado por Nieves Herrero, donde escribió 75 páginas de su relación profesional y personal con Don Juan Carlos y Doña Sofía.