Una delegación del Ayuntamiento de Ávila, encabezada por Héctor Palencia, teniente de alcalde de Servicios a la Ciudad, Turismo y Patrimonio Histórico, visitó el pasado sábado al escultor que está realizando la nueva escultura dedicada a santa Teresa, Óscar Alvariño, con el fin de comprobar in situ cómo está desarrollando el artista sus últimos detalles con el modelado en barro de la obra que le fue asignada en el concurso convocado para elegir la imagen de la mística abulense que quedará para el futuro de la conmemoración del V Centenario de su nacimiento.

Héctor Palencia, que acudió a esa cita acompañado por el artista Raúl Mayo, director de la Escuela Municipal de Artes; Ana Martín Fernández, concejal por Ciudadanos, y María José Sánchez, integrante de la candidatura al Ayuntamiento por UPyD, comentó que habían salido de esa visita «muy satisfechos», ya que habían comprobado que los «pequeños detalles» que habían visto con el artista que podían ser mejorables se habían depurado, especialmente en lo que se refiere «al rostro, a las manos, a los pies y a los pliegues de la ropa».

Esa satisfacción por el desarrollo de la obra llevó a Héctor Palencia, de acuerdo con el resto de los representantes municipales, a «dar el visto bueno al modelado de barro y a iniciar en cuanto sea posible la fase para crear la escultura en bronce».

Al escultor, doctor en Bellas Artes por la Facultad Complutense de Madrid, le quedan ahora algo menos de dos meses de plazo para entregar su obra al Ayuntamiento, lo que no implica que sea en ese mismo momento cuando sea colocada en su ubicación.

El resultado final, que ya se intuye perfectamente en la magnífica pieza de barro que ha realizado Óscar Alvariño, será una escultura «que somos perfectamente conscientes de que será diferente a las ya existentes en la ciudad de Ávila, y también en otros lugares», tanto que se trabaja con la seguridad de que «será un referente en la iconografía teresiana».

De esa pieza ahora de barro y pronto de bronce, que será colocada junto a la casa natal de Teresa de Jesús, comentó Héctor Palencia que «es un conjunto muy hermoso y perfectamente armonizado» que ofrece una imagen «muy cercana» de santa Teresa, una escultura «que invita a sentarte junto a ella porque es capaz de conectar con quien la mira y también de transmitirle mucho, no sólo porque destile «dulzura, humanidad y misticismo», sino porque está cargada «de una enorme fuerza expresiva».