¿Y ahora qué?

A.S.G.
-

A doce puntos de la cuarta posición, el Real Ávila arranca el año 2013 sin más objetivos a la vista que cerrar la temporada de la manera más digna posible y con un debate abierto sobre el futuro del proyecto

Aarón se lamenta tras estrellar el esférico en el larguero ante el Numancia B - Foto: David Castro

• En los últimos trece años, y salvando las dos temporadas en Segunda B, el equipo encarnado sólo ha faltado a la cita de la fase de ascenso en dos ocasiones.

Queda mucha temporada por delante pero pocos objetivos a la vista por los que pelear, al menos lo suficientemente atractivos para una afición que volverá a ver a su equipo, por tercera vez en los últimos trece años, y salvando las dos temporadas en Segunda B, lejos de los puestos de ascenso, aquellos que enganchan a la afición y sin los cuales el Adolfo Suárez corre el peligro de quedar sin sus más incondicionales de los domingos.

El Numancia B silenció al estadio abulense. Dejó al Real Ávila sin las pocas opciones que aún manejaban los más optimistas de pelear por el cuarto puesto, ahora a doce puntos y en manos de una Segoviana que se muestra a una distancia presumiblemente insalvable para un equipo cuyas sensaciones no inducen precisamente a pensar en una remontada.

Pasa el equipo encarnado por uno de sus peores momentos en una temporada en la que un mal inicio y una posterior pésima racha de dos empates (La Granja yValladolid B) y dos derrotas (Segoviana B y Numancia B) cuando tuvo en sus manos la ‘última’ papeleta para engancharse a la pelea –así lo reconocían los propios jugadores antes de afrontarla– han dejado al equipo y al proyecto sumido en una profunda incógnita cuando en el calendario aguardan el Palencia, Astorga,Leonesa,Arandina, Villaralbo y Burgos. La peor medicina para un equipo en el que desde dentro se llama a una reacción del vestuario pero donde fuera se empiezan a señalar muchos más motivos.

Ha quedado tocado el proyecto encarnado cuando apenas el mes de enero ha alcanzado a su ecuador. Apenas seis meses después de configurar un nuevo vestuario, pensado en crecer y evolucionar en la competición, ya hay quien pone en duda la validez de la apuesta. Inclusive así se desprende desde el propio cuerpo técnico.José Luis Diezma señalaba a la conclusión del choque ante el Numancia B que «hemos apostado por una gente a la que les hemos puesto el mejor escenario, entrenamientos, entrenadores, veinte partidos de liga, una eliminatoria de la Copa del Rey, dos eliminatorias de la Copa Federación. Si no quieren aprovecharlo...» El enfado del cuerpo técnico parece evidente en un momento en el que dentro del club se reconoce que en breve, y posiblemente antes de lo esperado por los resultados que está acumulando el equipo, se empezará a trabajar en el proyecto del año que viene, un proyecto donde la clasificación final del equipo podría significar más o menos caras nuevas ante, de momento, la falta de respuesta a lo esperado.

Sin embargo, y pese a que desde el cuerpo técnico atribuyen al bloqueo mental de los jugadores los resultados que, 20 partidos después, se siguen produciendo –«está todo en su cabeza, traer 20 psicólogos es un poco caro, así que tendrán que poner de su parte»–  lo cierto es que entre los aficionados se ha comenzado a poner en cuestión el papel de un cuerpo técnico y directivo al que se le pide asumir las responsabilidades de la remodelación de un equipo que fue subcampeón en la 2011-2012 con unos registros goleadores demoledores.

Pocos entienden decisiones como la salida de Portilla a inicios de año, un jugador diferente a lo que hay en la plantilla; la presencia de jugadores fuera de sitio, como ocurre conJosé María, posiblemente el mejor lateral derecho de la categoría y que trata de cumplir como puede como central; la apuesta por jugadores de fuera antes que por jugadores abulenses; o el mantenimiento de una mínima columna vertebral dentro del vestuario capaz de sostener al equipo en estas situaciones.Un debe que empieza a pesar y que, ante la falta de resultados, empieza a estar en boca de los aficionados.

De seguir así, y no parece cercano el cambio, sería la tercera vez que el equipo encarnado se queda fuera de los puestos de ascenso en los últimos trece años, salvando las dos campañas (2000-2001 y 2002-2003) en las que militó en Segunda B. Fue en la 2010-2011 y en la 2005-2006 cuando el equipo encarnado acabó, curiosamente y en ambos casos, en séptima posición.

El próximo fin de semana espera Palencia y la Nueva Balastera, un encuentro –domingo 20 a partir de las 16,30 horas– sobre el que pesan las dudas, incluso dentro del club encarnado, de que llegue a disputarse dado lo rocambolesco de la situación por la que atraviesa el conjunto morado, que se debate entre los deseos de la plantilla por continuar y las intenciones de sus administradores por liquidar el club. Un termómetro para medir la reacción que pide el cuerpo técnico.