No hay más caminos, más opciones ni más cálculos para el Colegios Diocesanos Aqualia en su pelea por la permanencia en la División de Honor que no pasen por ganar este sábado, a partir de las 16,00 horas, al Aravaca, un equipo sin nada en juego, con bajas «pero muy peligroso». Sin embargo ya no vale pensar o mirar al rival sino mirarse a uno mismo. Y mira a los suyos Iván Lastras y miran los suyos al partido «conscientes y responsables de que hay que ganar sí o sí. Es un partido a vida y muerte. Si ganamos la lucha por la permanencia estará en nuestras manos, pero si fallamos estamos fuera». No hay paños calientes. Y no puede haberlo cuando la temporada en la División de Honor llega a su recta final con el equipo abulense en descenso, empatado a puntos –24– con el Alcobendas y a un punto de distancia de la salvación, en manos ahora de un Unión Adarve –25– que precisamente se enfrentará en su campo a las 16,30 horas con el Alcobendas. No se puede pedir más emoción.