La lluvia, protagonista indeseada del segundo año de Mascarávila

Marta Martín Gil
-

Los fuertes aguaceros de todo el día no impidieron que más de 400 personas desfilaran para mantener vivas las tradiciones de la provincia.

EL inconfundible sonido de los cencerros, los tambores, las gaitillas y las bandurrias tuvo que competir este sábado con el de la lluvia cayendo sobre el asfalto y los tejados de Hoyocasero, la localidad que este año ha recogido el testigo de Mascarávila lanzado desde Pedro Bernardo de la mano de Siempreviva.
Porque durante todo el día el agua estuvo cayendo sobre un pueblo que aún así no se rindió y desafió a los elementos para prestar sus calles a las más de 400 personas que llegadas desde distintos rincones de la provincia abulense e incluso desde fuera de ella dieron vida a un festival del que disfrutaron también cientos de personas, a veces protegidas de los aguaceros bajo sus paraguas y otras veces, las menos, libres de ellos.
Minutos antes de las cinco de la tarde arrancaba un desfile sonoro, colorido y, sobre todo, con mucha historia: toda la que acumulaban vestidos regionales y trajes ancestrales como los de los cucurrumachos, de Navalosa, o los hamarrachos, de Navalacruz, principal novedad de la segunda edición de Mascarávila, que se ha enriquecido con la tradición carnavalera de este pueblo, recuperada recientemente, sobre todo, por los miembros de la Asociación Cultural Canto Bolero.
 
Lea la información completa en la edición escrita.