Con muchos nervios e impacientes esperan a Fernando Martín López su novia y un amigo en la puerta de llegadas de la Terminal 1 del aeropuerto de Adolfo Suárez Madrid - Barajas. Han pasado las seis de la tarde, hora prevista por el Ministerio de Exteriores, y el vuelo aún no ha tocado tierra. «Hasta ahora está muy entero pero no sabemos lo que nos vamos a encontrar» señala con cierta preocupación su pareja, que resta importancia a la espera porque «más largo se le ha hecho a él porque lo que ha vivido ha sido muy intenso».
Pero Fernando no se hizo esperar más y apareció por la puerta con su mochila de montaña a la espalda. Escoltado por su amigo esquivó el asedio de los numerosos medios de comunicación que se encontraban allí y salió de la terminal para, ya más relajado, encontrarse con los suyos y experimentar, como él dijo, un doble sentimiento: «por un lado el de dejar un poco tirado y de lado a la gente» con la que ha convivido tanto tiempo allí antes, y durante la tragedia; por otro «contento porque ya estoy aquí y estoy vivo», celebró.
Por otra parte, aún deberán esperar algo más para su regreso a España las otras dos abulenses que se encontraban en Nepal en el momento del terremoto. Pilar González y María del Consuelo Encinar, Elo, se encuentran en estos momentos en la ciudad de Pokhara, alojadas en un «buen hotel» y «haciendo turismo», tal y como confirma a Diario de Ávila Rodrigo Martín, hijo de la primera.
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