e. carretero / Ávila
Los usuarios del tren que con destino a Valladolid tiene salida a diario en la estación de Ávila a las 6,45 horas han manifestado su malestar por el «frío» que, aseguran, hace durante este trayecto y que en más de una ocasión ha obligado a los viajeros a utilizar mantas y otro tipo de ropa de abrigo para hacer frente a las bajas temperaturas que se registran en el interior de los coches, lo que hace que el viaje no resulte confortable. Ante esta situación, fuentes de Renfe han confirmado a este medio que «existe un problema con la calefacción» que radica en el hecho de que el tren que realiza este trayecto, un regional exprés, está parado durante toda la noche en la estación de Ávila y que cuando arranca para realizar este viaje, que es el primero de la jornada, está frío y tarda en coger temperatura a pesar de que se ponga en marcha la calefacción. Así las cosas y ante las quejas, apuntan desde Renfe, la compañía ha optado por poner en marcha el tren y con él el sistema de climatización «con anterioridad a la hora de salida» de este trayecto con el objetivo de que en el interior de los coches se alcancen temperaturas óptimas. Además, apuntan desde Renfe, también se detectó «una avería en el sistema de calefacción del coche intermedio, que ha sido retirado para su reparación».
Sin embargo y pese a la solución adoptada por Renfe, la veintena de viajeros que cada día utilizan este servicio ferroviario con destino a Valladolid aseguran que la puesta en marcha un rato antes de la máquina no es remedio ya que parte del problema se encuentra en el propio tren, que es «muy antiguo» y cuyo sistema de aislamiento deja mucho que desear. «Aunque la calefacción esté encendida las puertas no cierran bien y entra frío por las puertas y también por las ventanas», asegura una usuaria que lamenta que esta queja no es nueva y que los viajeros llevan «años» trasladando esta denuncia a Renfe. Ejemplo de ese deficiente aislamiento que argumentan los viajeros es, afirman éstos, que «cuando llueve se forman charcos en el tren y entra agua por las ventanas». Así las cosas, para la veintena de viajeros que cada día cogen este tren a las 6,45 horas desde la estación de Ávila el problema radica en el propio vehículo que, aseguran, «es tercermundista».
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