El salón del actos del hospital de Nuestra Señora de Sonsoles acogió este jueves un año más, y ya van 13, la Reunión de Casos Clínicos de Urgencias, una cita a la que en esta ocasión asistieron 50 profesionales médicos de cinco hospitales diferentes.

Lo explicó el director médico del Complejo Asistencial de Ávila, Daniel Muñoz, que aprovechó la ocasión para dar la bienvenida tanto a los dos hospitales que este año se estrenaban en esta cita (el Hospital General de Segovia y el de Medina del Campo, «con el que además compartimos pacientes», destacó), como los más «veteranos», el Hospital de La Paz, de Madrid, el Hospital Clínico de Salamanca, y el Hospital Río Hortega, de Valladolid, cuyo jefe de Urgencias, Mariano Hernández Gajate, alabó en gran medida el estímulo que este tipo de jornadas representa para los médicos internos residentes (MIR). 

«Con este tipo de encuentros se intenta formarles, pero también motivarles, hacerles que les resulte agradecido su trabajo, fomentar las ansias de aprender», subrayó el doctor Hernández Gajate, que coincidió con Muñoz a la hora de resaltar la «dificultad» de los casos clínicos que los propios MIR proponen a sus compañeros en el encuentro abulense. «Y son casos reales, de pacientes de los hospitales participantes», destacó el jefe de Urgencias vallisoletano, que aportó una cifra: de estos casos se suelen resolver entre el 60 y el 70 por ciento. «Pero otros son insolubles, porque se trata de pacientes que aparte de la atención en Urgencias requieren atención en planta y unas pruebas complementarias que no se hacen en Urgencias», apuntó para dejar constancia de la dificultad que supone trabajar en un servicio en el que, como apuntó Daniel Muñoz, «tiene una parte de mucha rutina, con patologías poco complejas», pero reserva también un espacio a casos clínicos de elevada dificultad.

 

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