El Real Ávila tira el partido ante el Salmantino y algo más

Alberto Sánchez
-

El Real Ávila acabó pagando las numerosas ocasiones de gol falladas ante un Salmantino que remontó el 2-1 encarnado en apenas tres minutos • Los abulenses, muy tocados, se alejan de la salvación

Real Ávila, 2

 

Salmantino, 3

Dario

Dela

Llorian

Edu

(Roni, 86’)

Marco

Kilian

Miguel

Álex

Bruju

(Zaka, 77’)

Vitolo

Cintrano

  Rodri

Ibai

Saúl

J. Nava

Gallego

Rubi

Tejedor

Mario

(Caramelo, 72’)

Iñaki

(Vicente, 77’)

Toni

(Diego, 62’)

Juanan

Goles

0-1 (minuto 34) Iñaki; 1-1 (minuto 57) Cintrano; 2-1 (minuto 67) Cintrano; 2-2 (minuto 81) Juanan; 2-3 (minuto 83) Tejedor.

Árbitro

Diez Cano. Mostró cartulinas amarillas a los locales Cintrano, Álex y Llorian; y a los salmantinos Juanan y Mario.

Incidencias

Encuentro correspondiente a la jornada 33 de la Tercera División, disputado en el Adolfo Suárez ante 567 espectadores.

Si la cara es el espejo del alma, el alma del Real Ávila ahora mismo está rota, destrozada, consciente de que este domingo al equipo encarnado se le escaparon de las manos buena parte de las opciones de permanecer en una Tercera División que cada día empiezan a ver más complicada. La desolación es palpable, tanto como el tropiezo que el equipo tenía en una tarde en la que perdonó al Salmantino y acabó tirando el partido, los puntos y quién sabe si algo más.Porque el jueves viajará a Palencia, un campo donde antes de esta jornada parecía permisible perder. Ahora ya no.   

El equipo encarnado tuvo en sus manos los tres puntos en una tarde de amores perros. El equipo de Juan Rodríguez acumuló ocasiones hasta la desesperación, y desesperado acabó cuando en apenas tres minutos todo el trabajo realizado se tiraba por la borda.  Entre el 81’ y el 83’ el Salmantino no sólo volteó el resultado, sino a un equipo que queda tocado en todos los aspectos. La jornada había sido la ideal –derrota del Burgos Promesas y empate del Cristo Atlético y Beroil Bupolsa– pero fallaron los más importantes, los nuestros.

Tejedor y Juanan, en el 81’ y el 83’, dieron la vuelta a un marcador que nunca hizo justicia a lo que se vio sobre el terreno de juego. Vitolo, Bruju y Cintrano, especialmente, acumularon ocasiones. Pero erraron en la definición. Especialmente el andaluz. El malagueño entró por Nata, sancionado, y aunque se marchó con un doblete bajo el brazo, el partido pasó por sus botas. Pero en el fútbol, cuando se perdona, se acaba pagando.

Saltó con ganas el Salmantino al Adolfo Suárez. Según su técnico es su estilo. En el Adolfo Suárez le funcionó por momentos.Con una defensa de tres nunca renunció a jugar la pelota. Y al final su propuesta tuvo su fruto y aunque fue suya la primera ocasión del encuentro –Iñaki lanzaba un primer disparo que se marchaba lamiendo el palo apenas se llegaba al minuto 3 de partido– los charros pusieron en evidencia que ayer el Real Ávila era un gigante con pies de barro que se tambaleó tanto en defensa como en ataque. Aún así el Real Ávila fue mejor, aunque los goles no le respondieron.  

Álex, liberado en la zona de la mediapunta, tomó el mando de las operaciones. Pidió el balón entre líneas, se movió con absoluta libertad y su sombra en cada una de las acciones de ataque se hizo cada vez más alargada.El ex del Valladolid B empezó a filtrar pases, especialmente a Bruju, que empezó activo y acabó desquiciado. Precisamente de sus botas arrancó la primera de las ocasiones. Tras fallar de forma estrepitosa en un remate ante el portero –minuto 13– se redimía con un pase a Cintrano que en condiciones normales hubiera sido gol. Pero este Ávila no es normal. El andaluz se confió en el remate y Gallego, más fuerte en el choque, le rebañó el balón sobre la línea de gol. Tres minutos después Cintrano volvería a tener una nueva ocasión, en este caso tras robarle la cartera a Nava y encarar a Rodri. Superó al portero en el regate pero el balón se perdía por línea de fondo. Su lamento fue equiparable al enfado de la grada, que empezaba a sumar con ambas manos las oportunidades falladas por los suyos.

Subió la presión el Ávila, juntó las líneas y se acercó a los dominios de Rodri sabiendo del gusto de los charros por sacar el balón jugado. En Segovia la fórmula no funcionó. En esta ocasión sí. El equipo recuperó con facilidad la pelota y de una de ellas llegó una más. Bruju y Vitolo intercambiaron sus posiciones. Y sus papeles. Porque el burgalés –minuto 29– la colgó desde la derecha para que Vitolo rematara de cabeza desde la izquierda. La oportunidad fue tan clara que su fallo, mandando por encima del larguero, fue clamoroso.

Y con tanto fallo por el camino el gigante se tambaleó. ‘Así se las ponían a Felipe II’ dicen y así se la pusieron a Iñaki. El Real Ávila regaló el 0-1 en una sucesión de errores donde todos se miraron buscando un ‘cabeza de turco’ sin darse cuenta de que la condena debía ser colectiva. Edu hacía una incomprensible cesión a su área que recogía Tejedor. Amagó a Marco y cedió de tacón a Iñaki, que desde las proximidades del punto de penalti la colocaba con el interior. Darío se lanzó, no sabremos nunca si bien o mal, porque el esférico botaba en la arena y saltaba, como un conejo, por encima del portero.

El golpe fue duro, pero mucho más lo fue marcharse al vestuario cuando apenas Vitolo –minuto 40– volvía a desperdiciar una nueva oportunidad. Ni el ‘7’ encontró balón cuando trató de rematar el pase de Álex ni la grada explicación a tanto fallo.

Empezó la segunda parte como terminó la primera, perdonando.Pero no hay mal que cien años dure. Y el Ávila acabaría logrando el gol.  Cintrano se encargó de ello. Enmendó sus errores el malagueño cuando remataba el pase de la muerte de Dela. Poco antes Bruju y el propio Cintrano se molestaron en un remate de cabeza sobre la misma línea de gol que acabaron despejando. En esta ocasión (1-1) sólo tuvo que empujarla.  

Era el minuto 57 y el equipo empataba un duelo que entraba en plena efervescencia. El gol revolucionó al equipo, que siguió acumulando oportunidades y fallos. Cintrano y Bruju volvieron a encarar a Rodri. El andaluz se la mandó a las manos y el burgalés fuera. Rozaba el segundo el Ávila, que lo merecía. Y en la menos clara llegó. A saque de córner Cintrano se elevó a la par que Marco para rematar con autoridad y claridad. El equipo encarnado se colocaba por delante (2-1). Era el 67’ y por delante cerca de media hora para saber aguantar el marcador. Pero no se supo.

El equipo encarnado equivocó el camino. Fuera mental o físico, el bajón fue evidente. El Real Ávila cedió el balón a un Salmantino que nunca lo había despreciado y que supo lo que hacer con él. Teniendo ganado el partido el Real Ávila lo tiró a la basura en apenas tres minutos. Entre el 81’ y el 83’ el Salmantino daba el vuelco al encuentro. Primero Juanan, en una jugada a balón parado, y después Tejedor, en un regalo de Vicente, voltearon el partido y con ello las opciones de un equipo que se marchó del campo ovacionado pero con la sensación de haber dicho adiós a la temporada. Las matemáticas dicen una cosa, pero el corazón empieza a decir otra.