Una compañera de Asunta desmonta la coartada del padre porque les vio juntos

Europa Press
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Una joven, con la que la niña iba a clase de francés, demuestra que se cruzó con ellos por una calle la misma tarde de su fallecimiento

El testimonio sereno y firme de una joven que afirmóayer, sin género de dudas, que vio a Alfonso Basterra en compañía de su hija Asunta por una calle del centro de Santiago en la tarde que desapareció se perfila por el momento como la mayor oposición a la versión ofrecida por el padre, que mantiene que permaneció en su domicilio toda la tarde del día en que murió la menor.

La testigo, antigua compañera de Asunta en su clase de francés, compareció ayer en la quinta sesión del juicio por la muerte de la niña, donde declarantes y policías apuntaron datos sobre el comportamiento extraño de los padres y en la que el propio Basterra sufrió una llamada al orden por su comportamiento. Aunque la actitud del acusado de la muerte de Asunta fue, al igual que en jornadas anteriores, altiva y arrogante durante toda la sesión, fue especialmente patente en el momento en el que uno de los agentes que participaron en las primeras horas de la investigación contaba que, según su punto de vista, el cuerpo de la niña no era visible en la pista forestal al menos que se iluminase con luz artificial. En este punto, el presidente del tribunal, Jorge Cid Carballo le llamó al orden por primera vez, recordándole que no va a «permitir» que esté «haciendo gestos de desaprobación durante todo el juicio».

«Estoy segura de que eran ellos», apuntó la testigo en referencia a Alfonso y Asunta la joven, que tardó tres meses en dar esta información a la Policía en un primer momento porque creyó que no tenía relevancia y, una vez que conoció la versión del padre, por consejo de su madre, que intentaba «no meter» a su hija en el caso.

La chica fue muy clara y determinó que se cruzó con ellos el día 21 de septiembre de 2013, entre las 17,00 y las 19,00 horas, en la intersección entre General Pardiñas y República del Salvador. El momento concreto lo fija un tique de compra de unas zapatillas que adquirió junto con su novio inmediatamente antes de encontrárselos y que marca las 18,21 horas.

A mayores, varios de los testigos que apuntaron también ayer a comportamientos extraños de los padres en los días en los que se produjo la muerte de la niña.

Así, el agente de la Policía Nacional de la Comisaría de Santiago que recogió la denuncia de la desaparición de Asunta puesta por sus padres adoptivos se extrañó de que Alfonso Basterra augurase que la niña de 12 años «iba a aparecer muerta» cuando habían transcurrido apenas en torno a tres horas desde que se habían personado en dependencias policiales. Además, el acusado le dijo que «lo único que él quería es que no hubiese sido agredida sexualmente».