Cameron se enfrenta a su peor desafío

Agencias
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Los electores demostrarán el jueves si las políticas del 'premier' han sido las adecuadas o le castigan en las urnas

 
 
Tras un lustro de alianza entre conservadores y liberales, el primer ministro británico y líder tory, David Cameron, buscará el próximo jueves una victoria en las elecciones legislativas que le permita seguir en el poder. 
Hace cinco años, Cameron y Nick Clegg presentaron el primer Ejecutivo de coalición en la isla desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. En medio de un país golpeado por la crisis financiera, esperaban que la suya fuera una historia de éxito. Pero lo que en realidad lograron fue generar desencanto. 
En este tiempo, la unión gubernamental perdió la confianza de los electores, permitiendo el auge de otras fuerzas al margen de los partidos tradicionales, pero, además, el Reino Unido cuenta con un sistema electoral obsoleto y el orden constitucional tiene graves deficiencias. 
El Partido Nacionalista Escocés (SNP) campa prácticamente a sus anchas en esa región, mientras en el sureste de Inglaterra celebra sus éxitos el populista y antieuropeo Partido de la Independencia (UKIP), que quedó por delante de los conservadores en las elecciones europeas del año pasado. 
Cameron no puede esperar que estos comicios sean un simple trámite de aprobación de su gestión tras los fallos que ha cometido. Después de que los escoceses dijeran no con un estrecho margen a la independencia, el premier puso en ridículo a la reina asegurando que «ronroneó» de alivio al conocer el resultado del referéndum. 
Además, indignó a media Europa con su obstinada postura contraria la UE. El primer golpe lo recibió cuando intentó bloquear en solitario del pacto fiscal comunitario para satisfacer a los lobbistas de la City. El segundo, cuando creyó poder evitar que Jean-Claude Juncker accediese a la Presidencia de la Comisión. 
A menos de una semana de los comicios, el mandatario reiteró su intencion de convocar un referéndum sobre la pertenencia del Reino Unido a la Unión si resulta reelegido. La votación tendría lugar en otoño de 2017 y, antes de eso, Londres lucharía por reformar el bloque europeo y redefinir la posición del país en el mismo. 
No solo los electores son conscientes de que Cameron no logra ganar puntos con esa política de confrontación. «Todo el mundo en Bruselas sabe que no representa a su nación, sino al ala derecha de su partido», afirmó su oponente laborista, Ed Miliband. Su negativa a enfrentarse directamente en un debate televisivo al líder opositor hizo, incluso, brillar a Miliband, al que en realidad se considera un político más bien torpe y gris. 
A pocos días de las elecciones, todavía no está claro si Cameron tendrá que mudarse de Downing Street. Tampoco su principal rival contaría con los apoyos necesarios para gobernar en solitario. 
Aun así, el progresista rechazó a uno de sus hipotéticos socios. «Prefiero un Gobierno no liderado por los laboristas antes que cerrar un acuerdo o una coalición con el SNP», aseveró sobre los nacionalistas escoceses, que prácticamente robaron el protagonismo a su partido en la región. 
También está por verse si los liberaldemócratas de Clegg podrán volver a ser la llave para una coalición. Todo indica que los electores les castigarán y solo lograrán la mitad de los 57 escaños que consiguieron en 2010. El socio de Cameron pagaría así el precio de no haber logrado imponerse durante los últimos cinco años y haber permitido recortes y ajustes continuos. 
El viceministro de Finanzas liberal, Danny Alexander, presentó una supuesta lista secreta de nuevos recortes sociales preparada por los tories, con la que se buscaría ahorrar 8.000 millones de libras. Y Clegg dejó claro que no volverá a dejarse convencer tan fácilmente como ocurrió en 2010. 
Los analistas creen que esta vez no volverá a haber una coalición. «Me parece realmente improbable», afirman. Los expertos estiman que se formará un Gobierno en minoría y que volverá a haber elecciones en poco tiempo. «Después de más o menos un año», aseguran.