El economato de Cáritas atendió a un 12% más de familias

M.M.G.
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El aumento de refugiados a los que da servicio, sobre todo de Siria y Venezuela, está detrás de un incremento que cifra en 609 los participantes en el programa

El economato de Cáritas atendió a un 12% más de familias - Foto: Belén González

El economato social de Cáritas Diocesana cumplirá este 18 de enero tres años de vida. Tres años de trabajo en los que ha prestado servicio a aquellas familias para las que hacer la compra no resulta fácil.

En este tercer año de funcionamiento, que coincide prácticamente con el año natural, el economato de Cáritas atendió a 203 familias, lo que se traduce en 609 participantes. Las cifras suponen un incremento del 12,7 por ciento respecto al año anterior, cuando fueron 180 las familias y 540 los participantes.

¿El motivo del incremento?, le preguntamos a Míriam Duque, responsable del economato. Se lo preguntamos después de que ella misma nos destaque esa subida pese a que durante el año pasado se produjo un incremento en la inserción laboral de los usuarios del economato, lo que nos haría pensar en una reducción de los usuarios. «Pero en cambio ha aumentado el número de refugiados a los que prestamos servicio con respecto al año anterior», aclara rápidamente la encargada de este servicio, que explica que, en su mayoría, proceden de Venezuela y Siria.

En este caso, los usuarios del economato de Cáritas proceden del Programa de Refugiados de Cruz Roja, que es la entidad encargada de atenderles en un primer momento. Y sólo cuando se acaba el plazo de atención en la ONG (que está entre 18 y 24 meses) es cuando son derivados a Cáritas. «Son familias con el problema añadido del idioma y eso les dificulta la inserción social y laboral», explica Duque en relación, sobre todo, a los refugiados sirios, y apunta que en el caso de los venezolanos, su principal escollo pasa por la tardanza a la que tienen que hacer frente a la hora de conseguir toda la documentación necesaria para poder formalizar un contrato laboral. Y como subraya nuestra interlocutora, sin tener los papeles en regla, Cáritas no puede ayudarles en la búsqueda de empleo.

Pero el hecho de que hayan aumentado los refugiados a los que Cáritas presta servicio no puede llevarnos a engaño. El economato de Cáritas presta servicio en una proporción muy similar a españoles y extranjeros. Es más, si hay un colectivo que tienda a ser más numeroso es el español, explica Duque.

cómo presta servicio. El economato social de Caritas es un engranaje perfectamente engrasado.

A sus instalaciones llegan solamente las personas o familias a las que, después de un estudio de su situación, se les concede el servicio. Son casos que en primer lugar han pasado por las Cáritas Parroquiales y con los que se trabaja de  manera trasversal, en función de las necesidades de cada caso.

A cada usuario se le concede, en función de su situación y de los miembros que compongan su familia, una cantidad con la que puede hacer la compra en el economato. «Se les asigna un dinero mensual, que siempre es superior cuando hay niños en las familias», explica, «y pueden hacer dos compras al mes».

Para realizar esas compras se les da una cita cerrada. Con ello se busca, ante todo, poder ofrecerles el mejor servicio posible a la hora de comprar. «Queremos que tengan espacio, que estén cómodos, y poder tener tiempo para ayudarles en este momento», prosigue Duque. Porque si algo preocupa tanto a los responsables del economato como a los 13 voluntarios que regalan su tiempo para que todo funcione, es que la compra se realice bien en todos los aspectos. Es decir, que además de que no suponga un momento estresante para el usuario, éste pueda regresar a casa con un carro sano, equilibrado y que le permita organizar los menús de la manera más eficiente posible. Y para ello en el economato cuentan con todo tipo de productos: carne fresca, pescado, frutas y verduras... «Cuando llegan, las familias suelen llevar dietas poco saludables», lamenta Duque, que pone como ejemplo cómo trabajan con las madres para que sustituyan los potitos por purés caseros.

«Y además son ratos que aprovechamos también para charlar con ellos de manera más distendida», apostilla Duque otro factor importante del momento de la compra en el economato.

Por cierto que si hablamos de los voluntarios debemos recalcar también, nos pide su coordinadora, la labor que realizan desde hace tres años, «sin faltar ningún día». Recibir los pedidos, colocarlos, atender a los usuarios... Las personas que trabajan allí lo hacen con la profesionalidad propia del que recibe una nómina pero, insistimos, sin ella. «Ahora estamos en campaña de captación de voluntarios», aprovecha Duque para animar a aquellos que quieran colaborar a acercarse por Cáritas.