La empresa Jiménez Dorado, que a partir de este lunes comenzará a prestar el servicio público de transporte por carretera Madrid-Ávila tras haberse adjudicado este concurso ministerial, sólo asumirá a seis de los nueve conductores que hasta ahora prestaban este servicio para Larrea, la anterior concesionaria, que tampoco se hará cargo laboralmente de los tres empleados no subrogados, a los que ya ha liquidado.   

Asegura el gerente de Jiménez Dorado, Rafael Jiménez, que la empresa «ha subrogado a los seis empleados que figuraban en la relación laboral» aportada en su día por Larrea y que se incluía en el pliego de la licitación del Ministerio de Fomento. «Nosotros presentamos la oferta a este concurso en base a seis trabajadores, que eran los que figuraban en la documentación», asegura el responsable de Jiménez Dorado, que señala que posteriormente, y una vez que se había abierto el plazo de presentación de ofertas, Larrea «modificó» esa relación laboral y la amplió hasta «once trabajadores». Ante esta situación, Rafael Jiménez entiende que «sólo estamos obligados a subrogar a los seis  empleados que figuraban en la primera relación» y de hecho es a esos mismos seis a los que ha asumido la nueva adjudicataria y los que a partir del 1 de junio comenzarán a prestar sus servicios en la línea Madrid-Ávila y «en las mismas condiciones laborales» que tenían con la anterior empresa, asegura Jiménez.

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