Con frío pero con mucha ilusión por poder colaborar un año más, y ya van cuatro, con Afávila, la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Ávila. Así empezaron muchos abulenses la noche de Reyes, la más mágica del año. Tras la inexcusable cita con la Cabalgata, y después del obligado paréntesis del año pasado por el mal tiempo (se trasladó a otra fecha), el protagonismo de este 5 de enero recayó de nuevo en las ‘Luces de la memoria’, la propuesta que, en su camino de convertirse en tradición, volvió a iluminar el cielo de Ávila con la suelta de cientos de linternas solidarias que simbolizan los recuerdos de los que desgraciadamente ya no los tienen. 

Ávila volvió a tener un precioso gesto con las personas que padecen alzheimer y sus familiares, bien con la compra de farolillos de forma anticipada o con su adquisición allí mismo, en las casetas habilitadas en el parking trasero del Lienzo Norte, a un precio de 2,5 euros. La solidaridad marcó la cita, aunque también la belleza de un espectáculo que arrancó poco después de las 21,00 horas, cuando los cientos de luminarias ya encendidas empezaron a ascender de forma escalonada para iluminar la noche en uno de los escenarios más bonitos de la ciudad, el que siempre ofrece el telón de fondo de la Muralla. Eso sí, este año el viento sopló hacia el noreste y los recuerdos de los que ya no pueden recordar echaron a volar en esa dirección, uno por cada una de las luces que surcaron el cielo.