Tres puntos en el alambre

A.S.G.
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De golear a permitir la reacción. El Real Ávila se llevó el triunfo ante el Racing Lermeño en un encuentro que pudo cerrar fácilmente en la primera media hora pero que, por falta de acierto, estuvo abierto hasta el final

Pito se lamenta tras fallar en un mano a mano ante Luis. - Foto: Javier Ventosa

Real Ávila, 2

 

Racing Lermeño, 0

Pindado

Josito

José María

Rui

Trujillo

Cabrera

Piru

Cueto

(Cabezudo, 54’)

Villa

(Vicente, 79’)

Emilio

(Quirós, 64’)

Pito

  Luis

Rodrigo

Mena

Emili

Arnaiz

Miguel

(David, 60’)

Dani

Chicho

Zurdo

Roa

(Ian, 81’)

Iván

(Sergio, 66’)

Goles

1-0 (minuto 31) Pito; 2-0 (minuto 90)Vicente

Árbitro

Gaspar Baraja (Valladolid). Mostró cartulinas amarillas a los locales José María, Trujillo, Villa y Cabrera; y a los visitantes Rodrigo , Dani y Mena.

Incidencias

Encuentro correspondiente a la 12ª jornada de la Tercera División del grupo VIII, disputado en el Adolfo Suárez ante cerca de 400 aficionados

El Real Ávila logró el pleno. Se llevó los tres puntos ante el Becerril e hizo lo propio en la tarde del domingo ante el Racing Lermeño, un equipo con evidentes carencias pero no menos entusiasmo.Los burgaleses se plantaron con apenas quince jugadores en la convocatoria, dos de ellos juveniles, y en una semana en la que el calendario les obligó a disputar tres encuentros en una semana.Pese a ello fueron capaces de poner en entredicho el triunfo de los encarnados. Los locales, que con estos seis hacen bueno el punto cosechado ante el Valladolid B, salieron reforzados en la clasificación en un fin de semana en el que pincharon el Estructuras Tino, la Arandina o el Bembibre.

La apuesta salió bien, pero el Real Ávila vivió en el alambre demasiado tiempo, en ese punto en el que se pasa con demasiada facilidad de ser dueño de los tres puntos a cosechar un empate demasiado amargo. Si el equipo de Borja Jiménez hubiera sumado media docena de goles en la primera mitad nadie lo hubiera visto extraño, viendo la acumulación de ocasiones que sumó el equipo en la primera parte del encuentro.Sin embargo la falta de acierto y la figura de Luis –el portero visitante fue uno de los indiscutibles protagonistas entre los burgaleses– permitieron a los visitantes llegar al 90’ del encuentro con todo abierto para sumar en el Adolfo Suárez. Si de inicio la goleada local no hubiera extrañado a nadie, que los burgaleses hubieran logrado el premio del gol tampoco. Pindado no pasó desapercibido en un choque en el que al Ávila se le vio espeso, por momentos carente de tensión y con la sensación de que tarde o temprano llegaría el gol. No sería hasta el 90’ cuando Vicente, con el 2-0, puso el punto y final a las ganas de los de Óscar Río, a los que les duró la gasolina más de lo esperado.

Anunció rotaciones Borja Jiménez –entró Cueto de titular en un partido en el que Llorián se quedó en la grada por gripe– pero pocos esperaban cambio de posiciones. Llevó a Trujillo a formar pareja con Rui mientras Cabrera pasaba al centro del campo. A ninguno le son extrañas estas posiciones, pero el equipo se resintió. Buscaba contundencia el técnico abulense. La obtuvo –a ratos– a cambio de perder claridad y dominio de balón.

Lo cierto es que el Real Ávila no necesitó de un gran fútbol para empezar a contabilizar sus ataques como ocasiones claras de gol. A los dos minutos Pito ya probaba su suerte. No encontró puerta. Cuando lo hizo se encontró con Luis. El portero visitante fue una auténtica pesadilla para el almeriense, que buenos motivos tuvo para festejar el tanto conseguido cuando le llegó el premio. Luis fue capaz de dar la cara –y no es una cuestión literal– por los suyos cuando le sacaba con el rostro  –minuto 6– un disparo a Pito. Volvería a lamentarse el almeriense en el minuto 18, aunque en esta ocasión no por el buen hacer del portero sino por un fallo sorprendente. Tanto la quiso ajustar al palo corto que el balón se marchó rozando la red. Cabrera –minuto 21– encontraría el mismo final en una falta. Era merecedor del gol el Real Ávila y lo encontraría el más insistente, Pito. Si en las distancias cortas no lograba superar a Luis, lo buscaría desde lejos. Y con éxito. Un derechazo, fuerte y seco, cogía la suficiente rosca como para colarse ajustado al palo. La estirada de Luis serviría para poco.

Con el 1-0 el panorama parecía aclararse. Emili le birlaba la cartera a Emilio –minuto 33– en una buena internada en el área rival y Luis, poco después, se la sacaba con el pie a Pito –minuto 35– cuando trataba de evitar su salida. El segundo del Ávila parecía más cercano que el primero del  Racing Lermeño. Parecía, porque el Real Ávila dejó crecer a su rival. Aunque fueran cinco minutos, los últimos hasta el cierre de la primera mitad, las sensaciones fueron poco halagüeñas. Arnaiz –minuto 41– lanzó una falta magistral a la cepa del palo. Pindado la despejó de puños y el cuero quedó a los pies de Emili. De haberle caído a otro hubiera sido gol. El central la remató, por decirlo de alguna manera. Con todo a favor el esférico salía paralelo a la línea de gol. Se activó con ello el Lermeño. Zurdo obligó –minuto 43– a Pindado a salvar el resultado cuando el camino a los vestuarios ya era la mejor solución.

Dio un paso adelante el equipo de Óscar Río al inicio de la segunda mitad. Sin nada que perder, y con la incógnita de hasta dónde sería capaz de aguantar físicamente, adelantó las líneas, subió la intensidad y arriesgó a costa de sufrir el segundo en una contra.   Chicho, que ya probó suerte en la primera, hizo lo propio en el inicio de la segunda con un disparo seco que se marchó fuera.

El partido reclamaba un cambio y Borja Jiménez optó por dar salida a Cabezudo. Como ante el Valladolid B se incrustó en banda por Cueto. Por lo pronto no surtió efecto. Pindado volvería a mantener el protagonismo como en el que término de la primera parte cuando desviaba a córner un lanzamiento de Iván, que con más oficio que clase se la llevó hasta zona de disparo. Demasiadas ocasiones ante un Ávila que no terminaba de sentirse dominador.

Con el Lermeño adelantado el Ávila buscó la contra para cerrar el partido. Villa lo interpretó a la perfección. Si en la primera se la cedió a Pito –su lanzamiento se topó con un defensa– en la segunda se la jugó desde fuera del área. Su disparo duro lo rechazó con la espalda Emili.  Al ‘rum rum’ del público Pito respondía con su innegable trabajo y calidad –se la hizo a Rodrigo pero su regalo a Cabezudo salía pegado al palo– mientras Villa exprimía su última ocasión, antes de ser sustituido por Vicente, sin éxito. Evitó el gol Luis, que ya no podría hacer nada cuando el partido coqueteaba con la prolongación. Con el Lermeño ya volcado al ataque una pérdida de balón suponía una nueva contra. Cabrera –minuto 90– salvaba la salida del portero con una cesión a Vicente que, a puerta vacía hacía el segundo.