El primer mes de veto ruso desploma un 24,1% las exportaciones agrarias

Pablo Álvarez
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Alto impacto Aunque la relación comercial directa con Rusia no es muy elevada, el bloqueo al mercado europeo eleva la competencia con los países que le facturaban más

La patata es el producto más perjudicado de Castilla y León por el veto ruso a los alimentos de Europa. - Foto: Concha Ortega

Las exportaciones de productos agrícolas de Castilla y León sufrieron un desplome del 25 por ciento durante el mes de agosto. Esta caída rompe con la racha positiva de todo el año y coincide con el comienzo del veto ruso a los productos agroalimentarios de la UE. Según las estadísticas de mercado exterior recientemente publicadas por la Junta de Castilla y León, las exportaciones de productos del reino vegetal (así se denomina el epígrafe arancelario relativo a la producción agrícola) se cerraron en el mes de agosto en 10,8 millones de euros, lo que supone una caída del 24,1 por ciento. Es decir, se dejaron de vender a mercados extranjeros productos por valor de 3,5 millones y medio de euros respecto a las cifras del año pasado. 
 
Las organizaciones agrarias no tienen duda de que esta caída se debe al veto ruso que aún hoy sigue en vigor. El efecto negativo no deriva tanto de la suspensión de las relaciones comerciales directas entre Castilla y León y la Confederación Rusa, sino por la competencia entre países que ha generado el cierre de fronteras. Aquellos con mayor exportación al país de Putin (como Bélgica, Holanda o Polonia) han empezado a buscar acomodo a sus productos en el resto de la Unión Europea y han causado tensiones en los mercados donde otros ocupaban mejor lugar. Y de ahí la preocupación de las organizaciones agrarias: «No es tanto por lo que vendiéramos a Rusia sino por la presión que supone para el mercado el excedente de terceros países de la UE con los que tenemos relaciones comerciales más fuertes debido al cierre de fronteras», explica el presidente de UPA Castilla y León, Julio López. 
 
El cultivo más afectado por las consecuencias del veto ruso durante el mes de agosto ha sido la patata, ya que en Francia aún no había comenzado a sacarse este tubérculo y el mercado, en otras circunstancias habría absorbido la producción española y castellano y leonesa. 
 
Pero con los excedentes de otros países, ni siquiera Portugal, principal mercado de patata castellano y leonesa, ha comprado este año, con las consecuente caída de precios en la región. 
El temor ahora está en los nuevos productos de temporada como las hortalizas y las organizaciones agrarias están pendientes de ver los efectos que tiene sobre ellos. 
 
El presidente de Asaja en Castilla y León, Donaciano Dujo, también comparte el impacto del veto ruso aunque también sospecha que algunas multinacionales han aprovechado «el revuelo» con este asunto para «hacer su agosto» al frenar la salida de productos para reducir los precios. 
 
Dujo es partidario de que el Gobierno y las industrias agroalimentarias de Castilla y León exploren nuevos mercados alternativos para intentar vender la producción del campo regional que tiene una calidad acreditada, por lo que considera que no debería ser difícil abrir nuevas fronteras. 
 
El bache de las exportaciones agrarias en el mes agosto frena una evolución muy positiva que llevaba el sector hasta la fecha. Aún así, en el cómputo interanual, la venta en el extranjero de los productos del campo experimentan un incremento del 19,3 por ciento respecto a 2014 y se superan ya los 116 millones de euros. 
La balanza comercial en productos vegetales es claramente deficitaria en Castilla y León pues tiene que compara casi el doble de lo que exporta. De hecho, en los ocho primeros meses de este año las compras de productos agrícolas ascendieron a 208,5 millones de euros frente a los 116 millones exportados. 
 
En cómputos globales, las exportaciones de Castilla y León crecieron entre enero y agosto un 9,4 por ciento con relación al mismo periodo del pasado año, hasta alcanzar los 8.777 millones, incremento que en el conjunto de España fue del 0,9 por ciento. En cuanto a las importaciones, también destaca la sección de ‘material de transporte’, con un peso del 44,8 por ciento sobre el total importado. A continuación se sitúa la de ‘máquinas, aparatos y material eléctrico’ (15,7 por ciento del total).