Tras muchos años sin celebrar una exposición individual, asomándose a ese mundo sólo participando en citas colectivas, el pintor abulense Juan Antonio Piedrahíta ha roto ese paréntesis inaugurando en el Episcopio una muestra que lleva preparando mucho tiempo y con mucho mimo, una invitación al público para que comparta con él el amor y la admiración que siente ante la visión, inefable, de la ciudad de Ávila bajo un manto de nieve.
‘Ávila nevada’ es el título de esta muestra, inaugurada el miércoles, para la que Piedrahíta ha seleccionado un puñado de lienzos en los que la capital abulense se desborda de luz, ya que a la que viene del cielo se suma la que refleja el suelo blanco, para ofrecer unas visiones que no son sólo retratos fieles de una arquitectura secular sino también indagaciones en el espíritu atávico de una ciudad que se siente más ella misma cuando la nieve la cubre, quizás, tal y como afirmó el artista, «porque el invierno es la estación más apropiada para recogerse y sentir».
Ávila intramuros, Ávila extramuros y los alrededores de la urbe, con la ciudad unas veces protagonista absoluta y otras convertida sólo en sutil pero poderosa presencia, emergen en estos cuadros con una nieve que casi nunca es abundante, porque el pintor suele preferir inmortalizarla en el lienzo cuando no es mucha, cuando ya ha mermado y cuando parte de ella ya ha vuelto a su esencia de agua.
Explicaba ayer Juan Antonio Piedrahíta, a quien acompañaron en el acto inaugural muchas personas que admiran su obra –entre ellos varios artistas–, que, aunque sea la presencia más notoria en todos esos cuadros, «más que la nieve la protagonista de esta exposición es la ciudad de Ávila, el misterio que siempre le acompaña, la atmósfera y el sentimiento que despierta en quien la contempla», y por eso sus obras no son siempre panorámicas del admirable casco histórico sino humildes homenajes a «pequeños rincones que tienen tanto misterio como el Cañón del Colorado».
Sonsoles Sánchez-Reyes, teniente de alcalde de Cultura, invitó a todos los ciudadanos a visitar la exposición «de este pintor que somos afortunados de tener en Ávila», una muestra de la que comentó que puede resumirse en tres elementos fundamentales: «Ávila, una ciudad que el artista conoce muy bien; la nieve, en simbiosis con la ciudad, y la luz, que sabe captar de forma magistral jugando con muchos elementos y esperando el momento ideal».
La exposición, que se completa con un vídeo en bucle en el que se muestran otras pinturas de Ávila nevada de Piedrahíta que no han podido ser colgadas en el Episcopio, puede visitarse hasta el 18 de octubre con el siguiente horario: de martes a viernes, de 19,00 a 21,00 horas; sábados y festivos, de 12,00 a 14,00 y de 19,00 a 21,00, y domingos de 12,00 a 14,00.