No los encontró Borja Jiménez y Toni Ayala se marchó con las mismas. El Real Ávila ha padecido esta temporada muchos problemas, en lo deportivo y lo extradeportivo. Pero uno de los más importantes dentro del terreno de juego, a veces incluso más que el gol, y ya es decirlo, es la falta de un líder. O mejor dicho, de un grupo de jugadores capaces de asumir la presión y el peso de los acontecimientos dentro del vestuario.  

La marcha el pasado verano de jugadores no sólo de peso en la categoría sino en la plantilla dejó el equipo sin líderes dentro y fuera del vestuario. Jugadores con fuertes egos, capaces de mandar, ordenar y transmitir a los compañeros lo que cada situación requiere, arrastrando a la plantilla cuando se necesita en las situaciones adversas. Se esperaba que con el cierre del mercado invernal, la salida de nada menos que once jugadores y la llegada de una decena hubiera solventado la situación. Dela, Miguel, Edu Cruz y Bruju parecían llamados a asumir un rol que Llorián, por culpa de las lesiones, no ha podido tomar desde el inicio de temporada. Sin embargo el paso de las jornadas ha dado muestras de que, o bien no quieren o no pueden. Al menos así se reconoce desde dentro del propio vestuario, donde el desánimo es generalizado.

Ahora la llegada de Juan Rodríguez ‘Juanito’ como nuevo entrenador pone de nuevo en la palestra si el equipo y los jugadores serán capaces de sacar la ‘raza’ que el nuevo entrenador les reclama. Lo intentó Borja Jiménez y no lo consiguió. Lo buscó Toni Ayala pero el equipo siguió bajando los brazos en cuanto las cosas se ponían complicadas. Espera Juan Rodríguez poder sacar de ellos la  rabia que el momento necesita. Porque nadie es ajeno que para poder pensar que aún es posible hay que hacerlo desde otra actitud.