Mas usará el 'Parlament' para hacer propaganda de su lista secesionista

AGENCIAS
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El presidente de la 'Generalitat' catalana explicará el próximo miércoles los motivos por los que ha convocado los comicios del 27-S ante una Cámara autonómica que ya fue disuelta

La polémica parece perseguir al presidente de la Generalitat catalana, Artur Mas, o mejor dicho, al revés, ya que el líder convergente lanza ahora un desafío no al Gobierno central o al de tres comunidades como hace unos días, sino al mismísimo Parlament. Yes que el próximo miércoles tiene previsto comparecer ante la Diputació Permanent para explicar los motivos de la convocatoria de elecciones el 27-S, según anunció la jefa de la Cámara catalana, Núria de Gispert.

La dirigente nacionalista explicó que, «previsiblemente», el president, que comparece a petición propia, acudirá a la Cámara regional. Esta cita suscitó la crítica unánime de la oposición, que la consideró partidista.  

 La diputada del PSC Eva Granados advirtió al barcelonés que «el Parlament no es un plató de televisión», una crítica en la que también coincidió el líder de ICV-EUiA, Joan Herrera, que afeó que éste no vaya a participar en los debates televisivos por el 27-S, y sí lo quiera allí.

Además, el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, criticó que es «absurdo» que Mas comparezca ante una Cámara ya disuelta para explicar el motivo de la convocatoria de las elecciones.

El portavoz del PP, Enric Millo, cargó contra el jefe del Ejecutivo autonómico por «menospreciar el Parlament utilizando como instrumento al servicio de una causa partidista», mientras que el líder de C’s, Albert Rivera, criticó que el número uno de CDC, «que no se atreve a ser candidato», quiera venir a hacer un acto de precampaña.

El candidato de este partido a hacerse con la Generalitat, Xavier Garcia Albiol, comunicó que su grupo no asistirá a la comparecencia por tratarse de una «perversión» de las instituciones, al tiempo que aseguró que las mismas no son el espacio para dar mítines.

 Desde las filas de CDC, Jordi Turull defendió que la decisión de Mas de comparecer ante el Parlament «muestra un gran respeto de la Generalitat» hacia la Cámara catalana, mientras que ERC, fiel aliado de los convergentes, fue el único grupo que no tomó la palabra.

Unió, la antigua mitad de CiU, vio el cielo abierto con esta polémica decisión, y exigió negociar con sus antiguos aliados, para subir al atril también. El jefe de esta formación, Ramón Espadaler, tachó de «electoralista».

Mientras, el cabeza de lista de Junts pel sí, Raül Romeva, sostuvo que es «fundamental» un mandato democrático claro surgido de las elecciones del 27-S, y advirtió de que una mayoría del no se la apropiaría el Gobierno del PP.

Por otra parte, la número dos de la candidatura del PPC, Andrea Levy, acusó al PSOE de «acomplejarse de ser español en Cataluña» y, por tanto, preferir «jugar a la ambigüedad».