El fotógrafo abulense Francisco Javier Calvo clausuró el ciclo de conferencias ‘100 años en 5 días’, organizado por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento y dedicado a resaltar media decena de centenarios de especial relevancia que se conmemoran en 2016, con una charla amena y llena de curiosidades en la que recordó que fue hace ahora doscientos años cuando se consiguió fijar la primera imagen fotográfica, además de hablar de muchas cosas más relacionadas con ese mundo de la fotografía, no pocas de ellas tan desconocidas como insospechadas.

Recordó Calvo que la consecución de ese buscado logro, aunque realmente la primera fotografía como tal no se hizo hasta 1826, fue el resultado de un largo proceso de estudios, conocimientos y experimentos que se remontan al siglo IV a C., puesto que «ya los griegos conocían el funcionamiento de la cámara oscura y luego Leonardo lo anticipó».

Fue Joseph-Nicéphore Niépce, explicó Calvo, el que consiguió fijar por primera vez una imagen que se había producido con una cámara oscura, algo que fue una verdadera revolución. De aquella impresión inaugural queda constancia «de que fue una vista de lo que atisbaba Niepce desde su estudio, un documento singular que está guardado en un museo en Estados Unidos».

Entrando más al detalle de aquel acontecimiento, que abrió grandes posibilidades a un campo que supo conjugar desde muy pronto el arte con el afán meramente documental, el ponente destacó que «para tomar aquella primera fotografía fue necesario un tiempo de exposición de ocho horas, no se sabe cuánto fue necesario luego para fijarla sobre el soporte que la sostuvo», un ‘negativo’ que también, continuando con la curiosidad, «fue una piedra».

Luego pasaron 10 años hasta que se consiguió la primera fotografía, un tiempo en el que no hubo muchos cambios, sí mucha experimentación, y durante el que se mantuvo «a los  asfaltos y aceite esenciales de lavanda como primer material fotosensible; los nitratos de plata se conocían desde el principio de los principios, pero no se utilizaron hasta mucho después».

Pero antes que Niépce y todos los experimentadores del siglo XIX, añadió Francisco Javier Calvo, ya otros como los pintores Velázquez y Caravaggio jugaron con la fotografía, ya que está demostrado que «usaban cámaras oscuras para tomar sus apuntes y después desarrollar sus pinturas, porque hay detalles que el ojo humano no ve a simple vista y necesitan de ello». No fueron los únicos, finalizó, ya que «hay varios pintores que tienen lo que se llama ‘epidemia de los zurdos’, que no es otra cosa que el resultado de usar espejos en la cámara oscura para realizar su trabajo».