Después de que el pasado martes anunciase que presentará su proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2019 en el Congreso, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no deja de hacer cábalas. Así, según apuntó ayer, el plan se llevará a mediados de enero y prevé que pueda ser aprobado en la Cámara con la abstención del PDeCAT, un partido que considera clave para que las Cuentas superen su primer examen en el debate de enmiendas a la totalidad.

Tal y como están las sumas en el Parlamento, se da por hecho que PP, Ciudadanos, Foro y UPN rechazarán la tramitación de los PGE y juntos aúnan más votos que los de PSOE, Unidos Podemos y Compromís. Por ello, la formación secesionista catalana es vital, aunque sea para abstenerse, toda vez que el Ejecutivo socialista tenga asegurado antes que tanto el PNV como ERC se posicionen en su línea.

En conversación informal con los periodistas en el Salón de Pasos Perdidos del Congreso con motivo del acto de conmemoración del Día de la Constitución, Sánchez estimó que ese debate de enmiendas a la totalidad se celebraría en marzo. No obstante, si la Cámara habilita el mes de enero para trabajar podría adelantarse a finales de febrero.

El dirigente se mostró convencido de que las posiciones de unos y otros se moverán una vez que los Presupuestos se presenten y consideró que la abrupta irrupción de Vox en el Parlamento andaluz no va a influir en las posturas de las formaciones independentistas hacia las Cuentas del Estado. 

Hoy por hoy, reconoció que no tiene cerrado un encuentro con el president de la Generalitat, Quim Torra, el próximo 21 de diciembre en Barcelona, donde el Gobierno celebrará un Consejo de Ministros en el que aprobará medidas específicas para Cataluña. 

El jefe del Ejecutivo reveló que decidió presentar un nuevo proyecto de Presupuestos aún sin tener atados los apoyos suficientes para sacarlos adelante hace tres semanas. Y lo hizo con el objetivo de mandar un mensaje de estabilidad a la Unión Europea, los organismos internacionales, y los agentes económicos y sociales. 

Pese a que se le preguntó de manera insistente sobre un posible adelanto electoral, el líder del PSOE no quiso despejar la incógnita. Sí señaló, no obstante, que un posible rechazo del Congreso a sus Presupuestos no tiene por qué traducirse necesariamente en una convocatoria a las urnas y comentó con sorna que tiene aún muchas cosas por hacer cuando se le cuestionó por el mes de marzo como posible fecha de las generales. 

Por otro lado, consideró que el nuevo «consorcio de las derechas» que el PP, Cs y Vox podrían inaugurar próximamente en Andalucía deja para el PSOE todo el espacio político de la moderación, lo que supondría una oportunidad para los socialistas si la utilizan con inteligencia.