El encanto de la primavera

M.M.G.
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Unas 250 personas participaron este sábado en la quinta edición de la ruta 'Cerezos en flor' que organizan las cuatro asociaciones culturales y el Ayuntamiento de la localidad de El Hornillo

UNAS 250 personas tomaron parte este sábado en la quinta edición de la ruta ‘Cerezos en flor’ que organizan el Ayuntamiento de El Hornillo y las cuatro asociaciones culturales de la localidad (Asociación de Mayores El Hornillo, Asociación de Mujeres Rurales Río Cantos, Asociación de Vecinos La Viñuela y Asociación Cultural La Risquera).

La impactante belleza de esta zona del Valle del Tiétar, convertido en un mar de cerezos en flor en esta época del año, ejerce de perfecto gancho para los amantes de la naturaleza y de la fotografía, que ayer disfrutaron de lo lindo de ambos aspectos.

«La mitad de los participantes han llegado de Ávila y la otra mitad del resto de España e incluso de China», descubría a Diario de Ávila Javier Jara, uno de los responsables de la organización, que recibió un autobús con 50 ciudadanos chinos que, pese al retraso en su llegada que demoro algo el comienzo de la actividad, disfrutaron aún más si cabe que el resto.

Dos horas y media de ruta en un día de sol y muy buenas temperaturas colmaron las expectativas de todos los participantes, que al energético desayuno a base de chocolate con churros del que disfrutaron a primera hora de la mañana en la plaza Mayor del pueblo sumaron, al finalizar la jornada, unas deliciosas migas con torreznos de Gredos, con las que recobraron fuerzas tras el esfuerzo llevado a cabo.

«La verdad es que la ruta ha sido una maravilla», recalcaba al término de la misma Jara, que destacaba la gran variedad de ecosistemas que pudieron disfrutar, además de los campos de cerezos de impresionantes pinares, castañares y robledales. «Y todo con la Sierra de Gredos de fondo», abundaba en la belleza de un recorrido de menos de tres horas de duración pero «exigente» que pudieron concluir desde los participantes más jóvenes (niños de cuatro y cinco años) a los más veteranos (de 70 años de edad). «El recorrido empieza junto a la ribera del río», describía Jara la caminata, «pero después tiene una parte importante de subida y una final de bajada, no hay momento para el descanso».