Los malos resultados en los últimos cuatro partidos, una sensación de dinámica negativa que había que cambiar y la pérdida de confianza de la plantilla en Kiko Sánchez, son las principales razones esgrimidas por David Rueda, director general del Real Ávila, para explicar la destitución del técnico salmantino como entrenador del conjunto abulense.
«Esto es fútbol y se mueve por resultados», comenzó diciendo Rueda en su comparecencia ante la prensa, «y el rendimiento en los últimos partidos, unidos a una dinámica negativa en el juego, nos ha llevado a tomar esta decisión».
La presión sobre Kiko Sánchez, diferente a la del año pasado cuando se aguantaron malos resultados durante más tiempo, ha venido provocada en esta ocasión porque «este año todos hemos convenido que la plantilla está hecha para esta arriba. Creemos que hay equipo para estar compitiendo por el liderato. Es pronto, pero estamos a 7 puntos del líder. Viendo la dinámica y con el riesgo que suponía seguir así quisimos hacer un giro porque se nos podía ir ese primer puesto y queríamos reaccionar pronto y tener tiempo para dar la vuelta a esta situación».
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