El Real Decreto de fusión del Teatro de la Zarzuela y el Teatro Real no entrará en vigor. Esta ha sido una de las primeras decisiones comunicadas ayer por el nuevo responsable de Cultura y Deporte, José Guirao, nada más terminar el acto en el que recibió su cartera. 

El enlace se detiene. En un primer día intenso, Guirao recibió a sus directores generales con el fin de abordar los asuntos más urgentes. Entre los que destacaba la fusión entre ambos teatros, puesta en marcha por una norma publicada en abril, que sumaba los dos coliseos en una fundación de carácter público y que tenía prevista su entrada en vigor una vez aprobados los nuevos Presupuestos Generales del Estado, lo cual deja aún 10 o 12 días de margen.

Pero esa cohesión parece que no llegará a buen puerto. Los trabajadores del Teatro de la Zarzuela volvieron el pasado jueves a manifestarse a las puertas del Ministerio en la Plaza del Rey con el fin de hacer oír sus reivindicaciones. Y, al parecer, han sido escuchadas. 

De hecho, a la salida del acto de entrega de la cartera ministerial, el coro de la Zarzuela coreaba reivindicaciones contrarias al matrimonio ideado por el anterior Ejecutivo.

La medida abre un período complicado para volver a delimitar por separado las gestiones de ambas instituciones y poner en marcha procesos de contratación diferentes para los montajes de la próxima temporada. La intención de Guirao es ahora estudiar a fondo las consecuencias que podría tener esta decisión.

No es posible saber si la paralización de esta fusión es algo definitivo o supone una parada temporal del proyecto, a la espera de hallar un modelo que pueda satisfacer a los nuevos responsables de Cultura. Pero en cualquiera de las dos hipótesis se avecinan grandes cambios, por lo menos hasta el miércoles, cuando se decidirá la solución tras una nueva reunión entre el nuevo titular de Cultura con los representantes sindicales.