El 9 de enero de 2018 se dio a conocer que se había detectado una patología en el edificio anexo a la piscina cubierta de la zona sur y ayer, prácticamente un año después, se puso fecha al derribo. Será la próxima semana, los días 14 y 15 de enero cuando se desplacen las máquinas para proceder a su eliminación. Y es que un estudio técnico en profundidad determinó que era necesario hacer desaparecer el inmueble en el que se habían detectado «síntomas de fatiga» que finalmente y dado que afectaban a gran parte del edificio hacían imposible su continuidad.

Conocida la noticia y aprobada la demolición y la adjudicación de la obra (lo que ocurrió en julio), ayer el Ayuntamiento le puso fecha y anunció del mismo modo las medidas de tráfico que se adoptarán por parte de la Policía Local para facilitar la actuación. Así anuncian que se retirarán los vehículos estacionados en la avenida de la Juventud (en la que está el edificio), desde la Calle José Bachiller hasta la Calle Jesús Jiménez. Además se canalizará de forma segura el tránsito de peatones en la zona afectada por el derribo y se efectuarán, con información previa, a partir de las 8,00 horas del día 14, cortes de circulación en la avenida de la Juventud,   en la avenida de  la Juventud con José Bachiller y en la calle Agustín Rodríguez Sahagún, así como en la confluencia de la avenida de la la Juventud  en la glorieta de Vereda de las Mozas y con la calle Jesús Jiménez. 

El concejal de Deportes del Ayuntamiento antes de que se decidiera el derribo aseguró que las catas que se realizaron el día 5 de enero dieron un resultado preocupante puesto que aunque pensaban que estaba bien resultó qey había síntomas de fatiga y oxidación en los primeros pilares. Un estudio más pormenorizado concluyó con la necesidad de demolerlo, aunque ya antes se cerró provisionalmente por precaución. Los problemas eran similares a los que sufría el propio edificio de la piscina que para enero ya se había echado abajo.