Los celtas llegaron al Amblés

Ana Agustín
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La décima edición de 'Luna celta' dio comienzo este sábado a las 19,30 horas con la presentación de la decena de tribus que participan en la fiesta y la apertura oficial del mercado instalado en la calle Nueva

Parte del desfile inaugural del mercado celta - Foto: Vanessa Garrido

Se trata de la décima edición de Solosancho Luna Celta, que convierte a la localidad del Valle Amblés en centro de referencia de la cultura celta y vetona por un fin de semana. Este sábado dio  comienzo esta iniciativa que ha conseguido arraigar entre los vecinos y suscitar el interés de numerosos visitantes. No en vano, se espera la afluencia durante estos dos días de fiesta de unas 13.000 personas. Así lo afirmaba  Benito Zazo, alcalde de Solosancho, quien daba la bienvenida a a todas las tribus autóctonas, nueve en total, más que otros años y también a la tribu celta invitada que, procedente de Lugo desfiló por las calles de la localidad. Esta tribu amenizó con sus gaitas y otros instrumentos tradicionales  gallegos el mercado y a cambio de esta hospitalidad del Ayuntamiento de Solosancho, invitaron a los vecinos de Solosancho a participar en su fiesta, Arde Lucus, que se celebra durante el mes de junio propiciando así una especie de hermanamiento fructífero.    

Además, este grupo formado por dos decenas de personas desarrollarán durante el fin de semana una serie de talleres para todos los que deseen participar en ellos. La idea de invitar a una tribu «hermana», según palabras de Zazo, surgió el año pasado con la participación de los cucurrumachos de Navalosa. «Nos encantó y hemos decidido mantener este intercambio», apuntaba el regidor ataviado al modo celta.

La fiesta no hizo más que empezar a las 19,30 horas. A partir de ese momento y con la presencia de caballos y de zancudos y malabaristas del grupo de animación de calle que acompañará a los vecinos de Solosancho estos días, no hubo ni un momento sin música o sorpresas. Una comitiva muy especial paseó por el mercado instalado en la calle Nueva en la que 56 puestos se distribuían a ambos lados de esta vía principal hasta llegar al gran escenario de las actuaciones. Bisutería, juguetes de madera, dulces caseros, animales de granja, objetos de decoración, artesanía, textil... y tabernas colmaban el mercado celta muy concurrido de público. Todos esperaban el comienzo de la actuación musical del grupo de música celta Antubel, que hizo las delicias de todos los presentes en una noche muy agradable de temperatura. Bien entrada la noche, el mercado cerró sus puertas hasta las 12,30 horas de este domingo.