"Mi país es a la vez New York y África"

Estela Carretero
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Entrevista a Omar Guillermo Guillermo Henríquez, médico dominicano

"Mi país es a la vez New York y África"

Probablemente nuestro protagonista de esta semana le resulte familiar.No sólo porque periódicamente se ‘asoma’ con sus consejos sobre medicina a La 8 de RTCyL sino también porque es probable que alguna vez le haya atendido en su consulta. Omar Guillermo Guillermo Henríquez (lo de repertir Guillermo no es un error, si bien sí lo fue hace 35 años del secretario encargado de inscribir a Omar en el registro, que no se dio cuenta de que se trataba del primer apellido y no de un segundo nombre) es médico de familia y llegó a Ávila en 2007, si bien algunos meses antes había salido de su Santo Domingo natal para completar su formación en medicina en nuestro país. De hecho, y así lo reconoce él mismo, Omar no llegó a España en busca de trabajo, algo que sí atrajo años atrás a nuestro país a muchos de sus compatriotas. De hecho, antes de tomar la decisión de emigrar a España Omar formaba parte del equipo médico del entonces presidente dominicano, Hipólito Mejía. Sin embargo las ganas de seguir formándose y también las de descubrir otra cultura llevaron a Omar a cruzar ‘el charco’ y a trasladarse a España, un país que, asegura, eligió por el idioma, lo que le garantizaba «poder competir al mismo nivel» que el resto de profesionales.  

La vida de este médico de familia, que actualmente pasa consulta en la Clínica Santa Teresa de la capital abulense, está marcada en buena parte por la precocidad y por las ganas de superación. De hecho Omar accedió a la Universidad Autónoma de Santo Domingo (la más antigua del continente americano) con tan sólo 16 años y gracias a un expediente académico brillante que permitió adelantarle «varios cursos». También siendo muy joven, con sólo 23 años y ya doctorado en Medicina Prehospitalaria, accedió  a la Policía Nacional Dominicana, lo que le permitió formar parte del equipo médico presidencial y promocionar al cargo de primer teniente con 24 años.

Pese a reconocer que en Santo Domingo «era un privilegiado», Omar también afirma que el suyo es un país de grandes contrastes en lo social, tanto que «Santo Domingo es al mismo tiempo como Nueva York y África y la pobreza y la riqueza conviven a escasos metros». Ese capitalismo exacerbado,  que permite que los adinerados vean como normal que un niño de cinco años pida dinero en un semáforo, así como la corrupción de un país «donde el soborno se realiza con naturalidad» despertaron desde siempre una «fuerte conciencia social» en Omar que pesó sin duda en su decisión de emigrar. «Me duele lo que ocurre en mi país, me duele la pobreza...», lamenta antes de  explicar que justamente «la igualdad social» es lo que más le sorprendió de España, el país que sin pretenderlo, «porque al principio pensé que estaría aquí sólo durante una temporada», se ha convertido en su hogar y en el de la familia que ha creado junto a Rosa, una técnico de radiodiagnóstico hija de dominicanos que emigraron a Madrid cuando ella era aún niña y a la que Omar conoció en uno de los viajes que la que hoy es su esposa realizó a Santo Domingo. La dicha de la pareja la completan el pequeño Omar, de cinco años, y Amalia, un precioso bebé de tan sólo cinco meses.

Aunque durante los primeros años el matrimonio fijó su residencia en Madrid, lugar desde el que Omar se trasladaba diariamente a Ávila para pasar consulta y realizar guardias médicas, finalmente hace dos años la pareja decidió trasladarse a Ávila, «fundamentalmente por la calidad de vida de esta ciudad», señala Omar que reconoce que justamente el concepto de familia que ha encontrado en la capital abulense es lo que le frena a la hora de seguir dando pasos en lo profesional. «Mis miras profesionales piden más y probablemente ahora podría estar en Harvard o en Oxford pero considero que mi familia está mejor en Ávila que en ningún otro lado», se sincera.

Pero además de ejercer de médico de familia, de coordinar las ambulancias UVI de la empresa Gredos y de hacer lo propio con otra empresa burgalesa, Omar es también desde hace un año empresario gracias a la empresa Servicios de Atención Médica Integral (SAMI), iniciativa empresarial que, por una cantidad fija anual, presta servicios  ilimitados de enfermería a domicilio y que ha permitido crear una decena de puestos de trabajo.

 Pese a lo que pudiera parecer, «porque me gusta más el frío que el calor», Omar se ha acostumbrado bien al clima de Ávila, una ciudad en la que afirma sentirse «respetado y querido» y en la que ni su color ni su condición de extranjero le han hecho sentirse diferente. «Los españoles no son racistas», asegura Omar, que sí habla de «clasismo» porque «aquí, como en otros muchos países, el color de piel no importa si tienes dinero»,  afirma  poniendo como ejemplo a Barack Obama.

Regresar a República Dominicana no entra en los planes de Omar, que junto con su familia viaja «una o dos veces al año» a un país que, asegura,  atesora mucho más que  bellas y cálidas playas y que, por supuesto, anima a visitar a todos los abulenses.