Pese a lo que podría pensarse no son las zonas costeras y los paradisiacos municipios bañados por el mar los lugares que más viviendas vacacionales concentran en nuestro país sino las zonas de interior y concretamente la provincia de Ávila. Sin embargo esto no es nuevo ya que el censo de población y viviendas realizado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) elaborado con datos del 2001 ya situaba a Ávila como primera provincia con mayor porcentaje de vivienda vacacional, al contar con un 42 por ciento de este tipo de residencias. Diez años después Ávila, y atendiendo al último censo de este tipo elaborado por el INE, en este caso con datos del 2011, sigue manteniendo esta supremacía al contabilizarse hasta ese año 68.536 viviendas secundarias en el conjunto de la provincia, lo que supone casi el mismo número que las residencias principales (concretamente el 98,87 por ciento de las mismas), de las que el INEcontabiliza 69.316 en esta provincia y hasta el 2011.
Así las cosas, la vivienda secundaria supone en la provincia de Ávila el 41,89 por ciento del total de viviendas existentes y entre las que se incluyen, además de las primeras residencias, también las viviendas vacías, las colectivas y otro tipo de alojamientos. En total, y según los últimos datos del INE, en la provincia de Ávila existen 163.619 viviendas y de ellas cuatro de cada diez pertenecen a un propietario que no reside en las mismas de forma habitual.
Si bien la presencia de segundas residencias en la provincia de Ávila es generalizada, lo cierto es que hay ciertos municipios donde la vivienda vacacional tiene especial peso. De hecho dos municipios abulenses figuran en el ranking de segundas residencias elaborado por el INE y lo hacen ocupando los primeros puestos. Se trata de Navaluenga y La Adrada, que ocupan, respectivamente, las posiciones décimo segunda y décimo tercera en el listado de los 50 municipios de más de 2.000 habitantes con mayor porcentaje de segundas residencias.
Así las cosas, y según el INE, la vivienda ‘de vacaciones’ representa en el caso de Navaluenga el 65,35 por ciento del total de viviendas levantadas en este municipio, mientras que este tipo de residencias suponen en La Adrada el 65,24 por ciento de las viviendas existentes en esta localidad del Valle del Tiétar.
Resulta especialmente significativo que la vivienda secundaria en estos dos municipios abulenses represente un mayor porcentaje que en localidades de costa como Benicasim (Castellón), que con un porcentaje de segundas residencias del 62,52 por ciento sobre el total ocupa el puesto 17 en esta lista elaborada por el INE o Salou (Tarragona), que ocupa el lugar 38 en este ranking y donde la vivienda secundaria presenta el 55,83 por ciento del total.
Según los datos del INE, en 2011, año que sirve de base para la elaboración de esta estadística, existían en Navaluenga 4.317 viviendas de las cuales 996 eran residencias principales, 499 estaban vacías y 2.821 eran casas vacacionales o segundas viviendas. Con respecto a La Adrada, y también tomando como referencia el mismo censo del INE, en el año a análisis había un total de 4.009 viviendas, de las cuales 1.054 eran principales, 340 estaban vacías y 2.615 pertenecían a personas no empadronadas en este municipio del Valle del Tiétar que sin embargo si residían en las mismas de forma ocasional.
El primer puesto de este ranking elaborado por el INE lo encabeza la localidad cántabra de Noja, donde la vivienda vacacional supone el 90,95 por ciento del total de construcciones, y a la que siguen, por este orden y hasta llegar a las dos abulenses: Daimús (Valencia), Llança (Girona), Los Alcázares (Murcia), Canet dÉn Berenguer (Valencia), Benasque (Huesca), Castell-Platja dÁro (Girona) y Laredo (Cantabria). Así las cosas, Navaluenga y La Adrada son, a excepción de Benasque, los únicos municipios de interior que encabezan esta lista que se nutre principalmente de pueblos costeros y también los primeros castellano y leoneses en hacerlo y casi los únicos, ya que en el listado también figuran, si bien en puestos más avanzados, las localidades segovianas de Riaza y El Espinar y la burgalesa de Medina de Pomar.
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