El grueso de las obras de la iglesia de San Pedro pasa su ecuador a buen ritmo

Isabel Camarero
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La restauración exterior para eliminar humedades comienza a dar sus frutos; dentro ya se ha acabado la capilla de la Inmaculada y recuperado el retablo de la de San Jerónimo

Los trabajos ya empiezan a dar resultado en los ábsides - Foto: Antonio Bartolomé

Las cosas van bien «dentro de lo esperado» así define el arquitecto de la Fundación de Patrimonio Histórico de Castilla y León, Joaquín García, la evolución de los trabajos que toda vez finalicen «recompondrán la imagen» y «recuperarán los volúmenes» de la iglesia románica de San Pedro, en la capital abulense. Mediado el ecuador de la obra del inmueble y más avanzada aún la que respecta a los bienes muebles –pues no hay que olvidar que es una intervención global financiada por la fundación y la parroquia de San Pedro–, la evolución de los trabajos es buena y los resultados empiezan a ser palpables. Y eso que de cara al inicio de la Semana Santa se retiraron la inmensa mayoría de los andamios: los exteriores porque ya se han acabado gran parte de las intervenciones y los interiores, para no perjudicar el culto y menos durante la Semana de Pasión en un año en el que además se ha declarado de Interés Turístico Internacional.

El objetivo principal del trabajo en la iglesia era eliminar las humedades en su cabecera y en ese sentido había que luchar contra los estragos del agua y contra la propia piedra usada en la construcción del templo que desde luego tampoco juega en su favor, pero que había que respetar porque es una de sus señas de identidad.

Se ha rehecho íntegramente la cubierta en los ábsides y se ha llevado a cabo «completamente en seco, sin mortero para prolongar los tiempos de mantenimiento», explicaba García; «los arrimos se han hecho con plomo y se han consolidado los elementos decorativos que también cumplen su función». En algunos casos se han tenido que reponer algunos tambores, «sobre todo los que cumplen una función determinada» explica el arquitecto quien asegura que la piedra la han conseguido «de derribos». «Se trata de un granito alterado de La Colilla y hemos tenido que analizarlo y tras verificar la piedra la hemos buscado hasta hacernos con ella». Además de cambio de piedras, no más que las necesarias, ya se está procediendo a separar de la cabecera el pequeño jardín que también provocaba humedades, motivo por el cual ahora además de alejarse se reducirá. Con las actuaciones a las que aún le quedan cuatro meses de andadura «esperamos que no se tenga que actuar por lo menos en 20 ó 30 años».

El recuperar volúmenes, tratar las humedades, consolidar elementos arquitectónicos era parte de una tarea que se complementa con la actuación en los bienes muebles, en las capillas interiores, los paramentos, los retablos, las valiosas verjas etcétera, un trabajo en teoría de menos meses pero que segúnZoa Escudero, responsable de la restauración en este aspecto aún se prolongará hasta casi el verano:«Ya estamos trabajando en una línea bastante avanzada e incluso hemos acabado la capilla de La Inmaculada», asegura. Las pinturas murales, los trabajos en las paredes están prácticamente acabados «se ha recuperado el colorido y ha quedado muy limpio»pero «es un trabajo muy minucioso en el que no es suficiente con quitar la suciedad sino también los ‘añadidos’ de las sucesivas intervenciones desorganizadas».

Los mayores problemas en cualquier caso han estado en las paredes, precisamente por las humedades, por la propia superficie de la piedra y los descascarillados, en los que también se ha intervenido, además «cada capilla lleva un tratamiento distinto pero estamos tratando la intervención con visión de conjunto, de suelo a techo».

El espacio del ábside central es el menos avanzado y lo dejarán en ‘stand by’ hasta que pase la Semana Santa por razones obvias (pues está limpio de andamios).Luego el equipo de restauración volverá a su tarea una tarea que ha tenido constantemente la atención de entre cuatro y seis restauradores, decía Escudero, aunque el equipo total de la obra suma los 30 profesionales, entre arqueólogos, arquitecto, aparejador, canteros, restauradores, montadores, carpinteros, encargado, ayudantes...

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