El teatro de calle cumple su objetivo

Sergio Recio
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Tomás Luis de Victoria fue el protagonista • Los más pequeños pudieron conocer a un artista más desconocido para el turismo

El teatro de calle cumple su objetivo

Abvlensis tomó este jueves los empedrados y monumentos de la capital abulense con su teatro de calle en el que numerosos espectadores de todas las edades contemplaron un espectáculo a cargo de ‘Indocente’ que tenía como objetivo principal dar a conocer de mejor manera al artista renacentista Tomás Luis de Victoria.

La obra se celebró en dos ocasiones, a las 11,00 horas y a las 13,00 horas y, con una duración de 60 minutos, consiguieron lo que se habían propuesto los actores,  en un principio, extender la figura de este artista a públicos no cercanos a su historia, poniendo especial atención en los más pequeños, para lo que se produjo una actuación amena y desenfadada.

Los actores y actrices no fueron otros que los profesores de los institutos Vasco de la Zarza y Jorge Santayana, de ahí el objetivo del público que tenían minoría de edad. El calor y el fuerte sol que relucía no impidió que todo funcionara con normalidad y a modo de guía, Ana Sabe, también coordinadora del teatro, reunió a unas 50 personas en el bar Soul Kitchen para desvelar que en ese mismo lugar nació y fue criado el protagonista principal de toda la historia, Tomás Luis de Victoria.

Los artistas a escena. Una vez que la guía comenzó revelando el dato curioso de la vivienda, una ‘guiri’ interpretada por Lucía Germaín interrumpió para intentar entender ciertas palabras de la explicación que no conocía, algo que realizó durante toda la representación, dando un toque de humor agradecido por los pequeños.

Rápidamente salió a escena el tío del protagonista, Juan Luis, que explicó también de forma desenfadada ciertos datos que pueden parecer evidentes pero con los que algunos se sorprendieron, como que ‘Luis’ no es un segundo nombre, sino el apellido de toda su familia, o el derroche de dinero del padre del músico, Francisco.

A partir de ahí llegó el turno de Tomás Luis de Victoria, cuyo actor fue Eduardo Ramírez, que condujo al público a la plaza del Mercado Chico para explicar detalles de su infancia. Allí apareció Santa Teresa en la que se metió su homónima Teresa Garzón, aportando que ambos se conocieron y además se bautizaron antes de que estos actos fueran registrados.

La Catedral fue el siguiente destino al que Tomás se dirigió, y ante la imposibilidad de realizar una visita, se mostró en el Episcopio imágenes para relatar sus primeros pinitos como músico cuando tan solo era un crío, momento que aprovechó el gran artista italiano Palestrina, interpretado por José María Sanz que también se encargó del tío del protagonista, para rememorar viejos tiempos junto a su amigo y compañero.

Todo finalizó en la calle de la Muerte y la Vida, donde apareció la mismísima Emperatriz María de Austria, muy masculina, ya que tras el vestido se escondía Gustavo Nieto, que reunió a todos los personajes para cerrar la obra.