Por segunda vez en menos de un mes el Servicio Territorial de Sanidad ha tenido que activar el protocolo preventivo ante un caso de meningitis en el que la paciente es una menor de la capital abulense. La pequeña evoluciona favorablemente y se recupera «en planta» en el hospital Nuestra Señora de Sonsoles. 

En principio y en palabras del Jefe del Servicio Territorial de Sanidad, Luis González Maroto «prácticamente se puede dar por descartado casi con toda probabilidad que tenga relación con el primero», ocurrido a mediados de noviembre y que le causó la muerte a una joven de 17 años también en la capital abulense. 

Es así además por el tiempo transcurrido entre uno y otro ya que normalmente son diez días desde la aparición de los síntomas y del primero ha pasado más tiempo «además ha sido en un centro escolar que no tiene nada que ver con el primero y que es una niña que no nos consta que haya podido tener ningún contacto con el círculo de la anterior. No parece que tenga nada que ver, pero al 100% en temas de ciencia o de salud no se puede asegurar ni descartar nada».

Meningitis C.

La situación es «completamente distinta» a la primera, decía el jefe del servicio en el sentido en que en esta ocasión se trata de «una niña de cinco años que se ha confirmado tenía puestas las vacunas contra esta enfermedad tanto de los cuatro meses como de los doce meses frente a la meningitis C que es la que se ha confirmado». De ahí que aunque padezca la enfermedad, algo que ya está confirmado y que es por lo que se ha activado el protocolo, ésta «cursa de una forma más benigna». De hecho «está en tratamiento, en observación en planta y la evolución es buena». Preguntado sobre si está la pequeña fuera de peligro aseguraba González Maroto que «sí» pero teniendo en cuenta que hablamos  de un tema sanitario: «No son matemáticas y el riesgo cero no existe porque puede haber una evolución, pero en principio sí está fuera de peligro y lo normal es que se recupere  y no haya ningún problema». Que padece meningitis es algo que está confirmado desde ayer que es cuando se activó el protocolo, si bien la niña está ingresada en el hospital desde el 7 de diciembre. Fue entonces cuando acudió con fiebre y también con una pequeña lesión cutánea. Fue esto último lo que centró el posible diagnóstico de meningitis para el que se la trató desde el principio con antibióticos. Y es que  la enfermedad cursa con síntomas parecidos a un catarro o una gripe (salvo en casos muy agudos) y en ocasiones también con lesiones cutáneas, como ha sido el caso.

Desde ayer y durante un buen periodo de tiempo desde el servicio de epidemiología se trabaja en  el denominado «estudio de contactos» para tratar a aquellas personas del entorno de la niña, tanto del centro escolar, como del familiar o en el caso de haber tenido algún tipo de reunión colectiva (por un cumpleaños, celebración, etcétera) establecer ese círculo y tratarlo al respecto. En cualquier caso lo que ya se ha puesto en marcha son las medidas profilácticas establecidas entre el personal y los compañeros de la niña en el centro educativo al que asiste, ubicado en la capital abulense y además se ha informado a los padres de estos sobre las medidas a adoptar.

Estudio de contactos

El protocolo a seguir es el que se establece por la Red Nacional de Vigilancia. Las intervenciones sanitarias protocolizadas se plasman en la revisión del estado de vacunación frente al meningococo de las personas que han tenido un contacto continuado y estrecho con el paciente en las últimas fechas; la vigilancia de su estado de salud ante la posible aparición de síntomas o signos que sugieran la enfermedad, tales como fiebre, faringitis, vómitos, cambios de comportamiento, manchas en la piel... y la aplicación de la quimioprofilaxis preventiva prevista, para lo que es oportuno acudir a su médico de Atención Primaria del centro de salud correspondiente.

En todo caso, y como se hiciera la primera vez, con independencia de la activación del protocolo establecido, es importante y así lo aseguran desde la Junta de Castilla y León «destacar y transmitir a las familias y a la sociedad en general, que la aparición de otros casos secundarios de enfermedad meningocócica a partir de éste primario es muy improbable, ya que el contagio del meningococo precisa de un contacto directo, continuado y estrecho para la transmisión entre personas».