Enfrentados por los debates

Agencias
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El presidente del PP, Mariano Rajoy, no acepta un 'cara a cara' televisado con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y solo acudirá para medirse en un formato 'a cuatro'

A poco más de 15 días para que arranque oficialmente la campaña electoral, la tensión existente en lo que a celebración de debates se refiere se disparó ayer. Yes que se pretende que sean dos semanas de austeridad, con menos carteles y mítines multitudinarios, por lo que esta fórmula televisiva se antoja muy importante para los partidos... o casi todos. El PPes la excepción porque, generalmente, las formaciones que están en el poder se llevan la mayor parte de los palos, y, además, en el caso de los populares, su candidato, Mariano Rajoy, no es un apasionado de los combates dialécticos, donde rara vez se siente cómodo.  
Por eso mismo, no es de extrañar que Génova asegurara que su líder solo participará en un debate a cuatro y no un cara a cara con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.  
Fue el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado, el encargado de proponer esa fórmula -que rechazó en diciembre pasado, enviando a su segunda en el Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría- después de que el jefe de Organización de los socialistas, César Luena, trasladara a los conservadores la petición de un duelo entre el gallego y el madrileño.
El Partido Popular no es partidario ahora de repetir el cara a cara entre Rajoy y Sánchez, celebrado el 14 de diciembre y que fue uno de los más desagradables de la democracia -el progresista tachó de indecente a su rival, y éste le respondió que era ruin-, ya que considera que el debate a cuatro es «el formato más idóneo», al ser «el que mejor representa la pluralidad» del nuevo Parlamento.
No obstante, en caso de que al final el presidente del Gobierno en funciones aceptara un debate a dos, como no se cansa de insistir Ferraz, Casado no cerró la puerta a que, en vez del socialista, el contrincante fuera el líder de Podemos, Pablo Iglesias:«Habría que evaluar quiénes serían esas dos fuerzas que las encuestas reflejan con mayor importancia de cara a los comicios».
Con esta velada amenaza, Génova ningunea a Sánchez, que, a su vez, trata de hacer lo mismo con su gran rival, ya que es muy posible que los morados, y sus aliados de IU y Equo, den el ansiado sorpasso el próximo 26 de junio. 
Asimismo, Pablo Casado justificó que el PP solo prevea un debate a cuatro con Mariano Rajoy al tratarse de una campaña «corta», y en la que el candidato a la reelección tiene que «estar en todos los territorios y en otros formatos televisivos».
De esta forma, en los próximos días, el director de campaña del PP, Jorge Moragas, se va a poner en contacto con sus homólogos de PSOE, Podemos y Ciudadanos para perfilar los detalles y quién organiza el debate de sus respectivos candidatos.
Las reacciones a esta estrategia de los populares no se hicieron esperar. Lejos quedan ya las explicaciones de Rajoy en 2015 sobre la conveniencia de debatir solo con el único rival para la Moncloa.   
 
El socio ‘naranja’.
Desde Génova, obviamente, se aplaudió la iniciativa, al tiempo que se aprovechó para lanzar un golpe a su principal adversario, que parece C’s, que fue la fuerza que le robó más votos el 20-D. «Me resulta extraño que Sánchez solicite un debate sin su socio Rivera», indicó el portavoz de los conservadores en el Congreso, Rafael Hernando, que añadió que «quizás ahora hay que pensar en otra forma más plural». 
Los reproches del PSOEllegaron de la mano de su número dos, César Luena:«No se le puede hurtar a los españoles un debate entre quienes ahora gobiernan y entre la alternativa que gobernará a partir del 27 de junio».
 Lo que no aceptará Sánchez es enfrentarse a Iglesias a solas, al considerar el riojano que este formato lo tienen que protagonizar «quienes tienen opciones de ser presidente». «¿Por qué debatir con la tercera fuerza y no con la cuarta? Sería un mal precedente», expuso rotundo.
Desde Ciudadanos, por boca de su dirigente Miguel Gutiérrez, se ratificó por la mañana que Rivera únicamente iría a debates en los que participaran todos los líderes. Sin embargo, horas después, aceptó un cara a cara con Iglesias el próximo 5 de junio en el programa Salvados de La Sexta. El desenfadado duelo que mantuvieron en la misma cadena el pasado octubre fue un éxito de audiencia, con más de 5,2 millones de espectadores. Eso sí, no se volverá a repetir con el local, el bar del tío Cuco. En ese combate ganó por goleada el barcelonés al madrileño, que achacó su derrota al desgaste psicológico que llevaba acumulado desde hacía meses.