Con el barrio lleno de fiesta y la ermita llena de gente se daban los primeros pasos para la fiesta grande de Nuestra Señora de las Vacas. Unos pasos que deben servir para vivir con especial emoción, devoción y celebración los próximos días.Para ello se comenzó con la tradicional ofrenda floral a Nuestra Señora de las Vacas en la que los primeros en dejar las flores que debían formar una mariposa fueron los vecinos del barrio, con una importante presencia de niños. Pero, cómo no, también se contó con una importante presencia institucional, política, de cofradías y asociaciones. Poco antes de comenzar la ofrenda floral ya se encontraba el pregonero en los alrededores de la ermita de la Virgen de las Vacas para ser una parte de la fiesta. Una fiesta que él mismo se iba a encargar de pregonar a los vecinos del barrio.