Probablemente si se pregunta por la calle habrá opiniones muy diferentes sobre qué ha supuesto la celebración del primer Año Jubilar Teresiano que ha tenido lugar entre octubre de 2017 y 2018 y que se volverá a vivir siempre que la fiesta de Santa Teresa (15 de octubre) sea en domingo. Estas visiones dependerán del punto de vista, si es religioso, comercial, hostelero o simplemente de un vecino.
En este caso la mirada apunta directamente a uno de los puntos que seguramente ha generado más expectativas, el turístico, quizá por las repercusiones económicas que podía tener. Es el propio Instituto Nacional de Estadística (INE) a través de datos que proporcionan los hoteles, el que deja patente que el periodo del Año Jubilar, sin entrar a valorar los factores que han influido en ello y por tanto no se puede afirmar que los turistas hayan venido por el Jubileo en sí, se cierra con récord en viajeros y pernoctaciones en la ciudad de Ávila, superando incluso los del año pasado que ya habían sido todo un referente.
Entre octubre de 2017 y septiembre de 2018, aproximadamente el tiempo que comprende el Año Jubilar, se contabilizan en Ávila 312.645 viajeros (al ser datos hoteleros son personas que pasan al menos una noche y por tanto no se cuenta a las personas que pasan el día pero no duermen) que realizaron 455.365 pernoctaciones. Si se comparan estos datos con lo ocurrido en años anteriores en el mismo periodo se ve que son las mejores cifras logradas. En concreto respecto al año anterior, que ya tenía las mejores cifras turísticas, se ve un incremento de un 2,8 por ciento en el número de viajeros y de un 2,3 por ciento en el de pernoctaciones.
También se alcanzan mejores datos que los que se consiguieron con la celebración del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa, que era un referente como un importante acontecimiento religioso y también ligado a la figura de Santa Teresa. Entonces fue una efemérides, mientras que ahora lo que se celebra es un Jubileo que será periódico y que fue concedido directamente por el Vaticano tras la petición del obispo de Ávila, Jesús García Burillo, en una concesión que no es habitual.