Unidos contra el 'Brexit'

Agencias
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El nuevo alcalde de Londres, el laborista Sadiq Khan, respalda a Cameron en su campaña a favor de permanecer en la UE, ya que, a su juicio, «quedarse significa empleo y oportunidad»

 
 
A pesar de que la Alcaldía de Londres ha cambiado de inquilino y de signo político -el laborista Sadiq Khan sustituyó el pasado 5 de mayo al conservador Boris Johnson al frente del Ayuntamiento de la capital británica-, esta renovación parece haber sido beneficiosa para el primer ministro del país, David Cameron, quien, pese a ser del mismo partido de Johnson, no comparte con él su postura en relación con el referéndum que el próximo 23 de junio se celebrará en el Reino Unido sobre la permanencia o no de la nación en la Unión Europea. Es más, Johnson, fiel defensor de la salida del bloque, se ha convertido en uno de los más firmes enemigos del premier.
Es por ello que, pese a ser de ideologías contrarias, Cameron recibió ayer el inesperado -e importantísimo- apoyo del nuevo alcalde en su campaña a favor de continuar en la UE, uniéndose en un acto contra el Brexit en el que ambos dejaron a un lado sus diferencias políticas y expusieron las ventajas de permanecer entre los Veintiocho.
Si bien durante la  campaña de las pasadas elecciones municipales, Cameron llegó a cuestionar que Khan, que es de origen paquistaní, era cercano a los extremistas islámicos, en el acto de ayer firmó un matrimonio de conveniencia y le felicitó por su contundente victoria, refiréndose a él como «un orgulloso musulmán y orgulloso británico».
El apoyo al líder tory del primer edil de la City contrasta con la decisión del jefe del opositor Partido Laborista, Jeremy Corbyn, que respalda la permanencia, pero se niega a aparecer en actos con el primer ministro.
Al presentar un autobús de propaganda del grupo El Reino Unido, más fuerte en Europa, abanderado por el premier, Khan manifestó que, a pesar de que discrepa con Cameron «en muchas cosas», «es importante que el alcalde y el Gobierno trabajen juntos y estrechamente cuando va en interés de los londinenses». 
En este sentido, el dirigente de la capital recordó que «más de medio millón de empleos en Londres dependen de la pertenencia a la Unión Europea», por lo que incidió en que un voto el próximo 23 de junio a favor de quedarse en el bloque comunitario significa «trabajos y oportunidad».
Cameron, quien manifestó estar «orgulloso» de compartir con Khan el acto que se celebró en Londres, destacó que ambos forman parte de una «campaña increíbelmente amplia», y volvió a enumerar las «cinco garantías» que obtendrán los británicos si se quedan en la UE: el acceso al mercado único, la protección de los derechos laborales, un Reino Unido más seguro, conservar el estatus especial fuera del euro y del área de libre circulación Schengen y la exención del país a una mayor integración comunitaria.
Cuando falta menos de un mes para la celebración de la consulta, el primer ministro se enfrenta a serias reticencias dentro de su propio partido respecto a la cuestión del Brexit, una crisis que la prensa británica ha llegado a calificar  de «guerra civil» en el seno del bloque conservador.
Varios diputados amenazan con plantear un voto de confianza si los resultados del referéndum son ajustados y, por ejemplo, la tory Nadine Dorries consideró que, en ese caso, el jefe del Ejecutivo «caerá».
También el exalcalde londinense atacó el pasado fin de semana directamente al premier, acusándole de tener un efecto «desmoralizador» en la política, al no haber conseguido mantener por debajo de 100.000 el número de inmigrantes al año, tal y como había prometido. Johnson, convertido en el látigo contra el primer ministro en el seno de su formación, se perfila como serio candidato a sustituirle al frente del Partido Conservador.
Asimismo, la ministra de Trabajo, Priti Patel, atacó a los principales defensores de la permanencia, asegurando que, debido a su «estilo de vida lujoso», no percibían las preocupaciones de la gente corriente respecto a la llegada de extranjeros a las islas británicas.
Pero no todo son críticas. Cameron recibió, sin embargo, apoyo del exministro Ken Clarke, quien definió a Johnson como «una versión más simpática de Donald Trump».