Más que acogida, una ayuda directa

diariodeavila.es
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'Ven con nosotros' intensificará su labor en Rumanía financiando mejoras en viviendas familiares o casas de acogida de los pequeños que estuvieron en España en verano

En este momento toda ayuda es poca para Rumaría y en esas manos alzadas para colaborar no podía faltar la ONG ‘Ven con nosotros’, dedicada desde hace más dos décadas al acogimiento estival de niños ucranianos en situación de extrema necesidad, lo que ha tenido su reflejo en Ávila con la acogida de niños durante el verano.

En este caso, la entidad, según explica en una nota de prensa, intensificará su ayuda humanitaria directa en Ucrania financiando mejoras en viviendas familiares o en casas de acogida donde residen los pequeños el resto del año. La iniciativa parte del viaje a Ucrania realizado por miembros de la Junta Directiva de la ONG, que comprobaron de primera mano la precariedad en la que se encuentran muchos de los niños que vienen a España en verano.

El viaje se centró sobre todo en la región de Rivne, al oeste de Ucrania, una de las zonas más desfavorecidas del país. De hecho, de allí procedía más de la mitad de los pequeños acogidos en España en el verano de 2015.

Rivne es una región marcada por factores como la incidencia del alcoholismo, que hace estragos en las familias más humildes las cuales, a su vez, presentan una alta tasa de natalidad, con una media de seis a ocho hijos por familia. Estas circunstancias, casi siempre agravadas por el desempleo o por salarios muy bajos, generan escenarios de miseria absoluta en muchas familias.  

El reflejo de esta situación quedó patente en el municipio de Rokitne y las aldeas del entorno, en donde los representantes de ‘Ven con nosotros’ visitaron buena parte de las casas de niños que han pasado el verano en España. La situación de casi todas las viviendas es, según el testimonio de la entidad, «muy deficitaria» ya que los niños «no tienen cubiertas sus necesidades básicas de alimentación, salud, e higiene». Esta impresión se completa con una desoladora descripción general de las viviendas, ya que  casi todas están en muy malas condiciones, dicen. No hay agua corriente, que se sustituye por pozos en el exterior. Tampoco suele haber baños, sino letrinas también en el exterior. La mayoría de las viviendas tiene dos habitaciones; en una duerme hacinada la familia y en la otra suele haber una mesa, un frigorífico y un espacio para cocinar al fuego. Asimismo, «el nivel de alcoholismo es tan grande que en algunos casos degenera en enfermedad mental», añaden desde la ONG.

 

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