El Carrefour El Bulevar está a un paso de la final. O dicho de otro modo, a un triunfo de seguir soñando en una temporada donde los verderones no parecen tener límites. Nunca antes habían alcanzado las semifinales de ascenso a la LEB Oro, y sin embargo tienen en su mano acceder a una final donde pocos les hubieran imaginado a inicios de temporada. De lograrlo sería la segunda final del curso. Un capítulo más en una temporada en la que el grupo dirigido por David Mangas está escribiendo con letras mayúsculas la mejor temporada en la historia del Óbila, más allá de lo que pueda pasar. Quizás cuando algunos de ustedes lean estas líneas el equipo ya esté en ello, enfrascado en una nueva «batalla» contra un Clínicas Rincón que se lo juega todo a una carta. Está obligado a ganar en el Palacio de San Miguel –12,30 horas– en el cuarto partido de la serie y forzar el quinto partido en Ávila, punto de no retorno en una eliminatoria en la que el equipo verderón ha dado un golpe de autoridad en la mesa con la victoria del viernes. La presión está ahora en el equipo de Paco Aurioles. Equipo de altibajos, como buen filial que se precie. No es un defecto, en muchos casos es una virtud.Y este domingo puede confirmarlo. «En cualquier momento te pueden desarbolar en un partido» advierte David Mangas, entrenador del Carrefour El Bulevar. Lo sabe el vestuario y lo sabe la afición verderona, que ya comprobó como en liga los malagueños pusieron en cuestión la clasificación para la Copa enjugando una desventaja de 20 puntos en un partido donde sólo la canasta salvadora de Young sobre la bocina impidió que el susto acabara en lloro.
Y de los sustos sólo cabe aprender. Lo hizo el equipo abulense, que ha sabido crecer en silencio en una segunda vuelta donde las adversidades han endurecido a un vestuario que vuelve a cantar al unísono. Los solistas resuelven partidos, pero los coros resuelven temporadas. Que seis de sus jugadores –Sebirumbi, José Alberto Jiménez, Álvaro Lobo, Luka Nikolic, Carles Marzo y Mbamalu– superaran en el primer partido disputado en el Palacio de San Miguel la decena de puntos fue determinante. Aunque no tanto como el rebote y la defensa. «Es verdad que tuvimos un gran acierto –por momentos del 80 por ciento– pero eso es difícil que se repita. La clave estuvo en la igualdad en el rebote –34 de los malagueños frente a los 33 de los abulenses– pero especialmente la defensa». Apenas 16 puntos firmó el equipo malagueño en la primera mitad. «Se había movido el Clínicas Rincón durante la semana y el pabellón presentaba una gran entrada. Salimos fuertes para evitar que ellos tomaran confianza de inicio y nos salió bien» analizaba David Mangas sobre el desarrollo del partido en la noche del viernes.
Deberá repetir el guión el equipo de David Mangas este mismo domingo. O al menos intentarlo. No hay tiempo para improvisaciones. El guión está escrito desde hace tiempo entre dos equipos que ya se conocen a la perfección. El que mejor sepa ejecutarlo se llevará la victoria. «Va a ser muy difícil» explica Mangas, que duda que los malagueños, al menos de inicio, acusen la presión de verse entre la espada y la pared de la eliminación. «Si algo caracteriza al equipo de Paco Aurioles es que nunca baja los brazos». Y aunque la igualdad vista en el marcador en otros partidos se viera rota (56-79) el pasado viernes, «al final da igual ganar de un punto que de veinte».
Por delante quedan otros 40 minutos en una eliminatoria que determinará si el Carrefour El Bulevar está en la final o si el CUM Carlos Sastre acaba por impartir justicia el martes con el quinto y definitivo partido. Defensa, intensidad, rebote… y sobre todo «mucha concentración» se pide desde las filas verderonas. Porque enfrente el cuadro malagueño comparte sueños y esperanzas con los abulenses. Uta –de MVP a desaparecido en el tercero de los partidos–, Romaric, Corts, Cobos o Karahodzic seguirán formando la guardia pretoriana de los de Paco Aurioles. Que se vean con la obligación de remar en contra, el objetivo. «Cuando te ves en esas situaciones la mano no funciona igual».