La visita del rector mayor de los salesianos, Ángel Fernández Artime, al colegio San Juan Bosco de Arévalo fue rápida pero emocionante. Llegó acompañado del inspector de la Inspectoría de Santiago, la mitad norte de España, con sede en Madrid y otras autoridades salesianas. A su llegada saludó a los salesianos de la casa arevalense con su director al frente, al alcalde de la ciudad, al párroco y al padre cisterciense, además de a  los diversos grupos que componen la familia salesiana, Archicofradía de María Auxiliadora, Antiguos Alumnos y amigos. Tras los saludos, entró en la iglesia del colegio, abarrotada de jóvenes alumnos y de otras personas, que le recibieron con grandes aplausos. Tras el saludo de la ciudad que acoge el colegio que antes fue seminario, y en su nombre el regidor, Vidal Galicia, recordó los vínculos de esta casa con la ciudad que se remonta a varias generaciones. Emotivas fueron las palabras del rector mayor  durante un discurso de total vigencia del ideario de Don Bosco, y de la enseñanza que en él se imparte, «buenos cristianos y honrados ciudadanos». Se acercó con sus palabras a  todos los congregados en el centro, que fueron muchos. Después llegó el posado fotográfico con cada uno de los cursos de alumnos, con el público allí congregado y con los salesianos de la casa. La visita finalizó con el saludo a cada uno de los salesianos mayores que están en la residencia que esta Comunidad tiene en esta casa de Arévalo. Saludos uno a uno, recordando emotivas anécdotas, ya que el Rector es español, de Asturias y ha convivido con muchos de ellos. No faltó la oración comunitaria antes de despedirse para continuar el periplo del sucesor de Don Bosco por todas las casas salesianas. Fue un día para la historia de este querido colegio de Arévalo.