Emilio resuelve con sus goles el estreno del Real Ávila

A.S.G.
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Más goles que fútbol. El Real Ávila se impuso a un voluntarioso Cristo Atlético que complicó, con su presión e intensidad, la primera mitad de los encarnados. La entrada del vallisoletano en la segunda parte, que firmó un doblete, decisiva

Partido del Real Ávila ante el Cristo Atlético. - Foto: David Castro

Real Ávila, 2

 

Cristo Atlético, 0

Pindado

José María

Llorián

Partido del Real Ávila ante el Cristo Atlético.Partido del Real Ávila ante el Cristo Atlético. - Foto: David Castro Cabrera

Trujillo

Cabezudo

Piru

(Javito, 82’)

Cueto

Barrera

(Quirós, 71’)

Villa

(Emilio, 45’)

Vicente

  Pedro

Luis

(Mikel, 62’)

Piky

Diego Martín

Charly

Mario

(Juan Pedrosa, 77’)

Riki

Hompy

Diego Hernández

(Manu, 85’)

Conde Rober

Goles

1-0 (minuto 50) Emilio); 2-0 (minuto 57) Emilio

Árbitro

Alberto González (Salamanca).Amonestó a los jugadores locales José María y Cabezudo.

Incidencias

Encuentro correspondiente a la primera jornada de la Tercera División grupo VIII, disputado en el Adolfo Suárez ante 360 Espectadores.

Se cumplió el objetivo. El Real Ávila sumó los primeros tres puntos de la temporada con más goles que juego ante un Cristo Atlético voluntarioso, ordenado e intenso, al menos hasta el minuto 57, cuando Emilio firmaba su particular doblete y mataba un encuentro en el que los encarnados, lejos de la imagen de la pretemporada, se enredaron en la presión y el orden del conjunto de Juan Rodríguez. Quizás le falte mucho al equipo morado para pelear por objetivos ambiciosos más allá de terminar la temporada en la zona media, pero el conjunto palentino le puso las cosas especialmente complicadas al equipo encarnado en el debut, especialmente en la primera mitad, en la que el equipo de Kiko Sánchez no encontró camino ni respuesta a lo que precisaba el encuentro. Lo encontró en la segunda, al menos en lo que a goles se refiere. Emilio, que partió desde el banquillo después de una semana en la que no había podido participar de los entrenamientos –caso similar al de Pito, que se quedó en la grada–, sacó a relucir su calidad y su experiencia. Firmó dos goles de llegador desde segunda línea y solventó la papeleta de un equipo que sufrió en exceso. Ya lo había avisado en la previa el técnico encarnado. No iba a ser sencillo.

No fue una buena primera mitad de los encarnados. Todo lo contrario. Con Emilio en el banquillo, Barrera hizo las veces de enganche. Volvía el ‘7’ a la mediapunta, una posición que no le es desconocida, aunque en el Ávila apenas la haya frecuentado. Con Pito en la grada, el ‘9’ quedaba para Vicente, máximo goleador de la pretemporada encarnada. Sin embargo en la mañana del domingo no tendría todas las ocasiones que hubiera deseado.

Quizás por los nervios del estreno o porque el Cristo Atlético saltó al terreno de juego dispuesto a ahogar el centro del campo encarnado, el Ávila sufrió para encontrar su juego. Con Cabezudo y Piru bien tapados, la reacción fue apostar por el juego en largo.La consecuencia, un equipo que se empezó a partir en dos, los que atacaban y los que defendían. El resultado, un comienzo de partido en el que las ocasiones no terminaban de llegar. El encuentro estaba donde pretendía Juan Rodríguez, trabado y sin juego. En lo insulso, los morados, lejos de la presión de no sentirse favoritos ante la grada del Adolfo Suárez, se manejaron mejor y, aunque no generaron peligro, llevaron la inquietud a la grada cuando en el 28’ Trujillo rebañaba el balón a Conde después de que el ‘10’ palentino buscase el mano a mano con Pindado. En el lado contrario Vicente vivía en la desesperación, esperando su oportunidad, cuando el crono llegaba a la media hora de juego sin que el equipo encarnado hubiera probado los guantes de Pedro.

Al final los probaría.  Barrera, que se salió de la posición del mediapunta buscando el balón que tanto necesita, encontró lo que buscaba en su banda natural, la derecha. Le hizo un lío a Piky y puso un centro templado al centro del área, donde Vicente buscó el remate. Su salto fue impecable y su remate de cabeza cumplió con todos los requisitos, seco, potente y colocado. Sin embargo Pedro respondió con la misma eficacia. Era el minuto 36 y el Ávila firmaba la primera y única ocasión para los encarnados en una primera mitad que obligaba a la reflexión a su paso por los vestuarios.  

La primera de las consecuencias fue la salida al campo de Emilio por Villa, demasiado desapercibido en la primera mitad. Y, cosas del fútbol, apenas necesitaría cinco minutos el vallisoletano para inaugurar el marcador en una jugada en la que el Ávila respondía a la mejor de las ocasiones del Cristo Atlético. Conde, en un balón dividido, sentó a Trujillo y se fue de Cabrera. Sin embargo pisaría el balón y daría con sus huesos en el césped cuando quería encarar a Pindado, que reaccionó bien a renglón seguido cuando Piky cogió el rechace y cruzaba con fuerza. La reacción fue implacable. Con el Cristo Atlético desordenado el Real Ávila armó la contra, Barrera encontró pasillo en su banda y lanzó un centro, marca de la casa, al primer palo, donde Emilio, tirando de calidad y centímetros, superó a Charly para cazar el cuero de cabeza. Esta vez Pedro no pudo evitar el tanto.Era el minuto 50. Siete minutos después volvería a verse obligado a recoger el balón del fondo de la red.

El vallisoletano desatascó el partido hasta el punto de que su doblete llegaría en un visto y no visto. De nuevo el peligro llegaría desde la banda derecha, aunque en esta ocasión el balón de gol se lo serviría Cueto. El interior se revolvió en el lateral del área, Vicente arrastró a los defensas al segundo palo y Emilio aprovechó el hueco que le dejaban para reclamar el pase. Cueto lo vio, se la cedió y Emilio engatillaba al palo contrario para hacer el 2-0 (minuto 57). El conjunto encarnado no necesitó mejorar en exceso su juego para matar un partido en el que le bastó con recurrir a la pólvora que esta temporada tiene en la zona de ataque.

A partir de los dos tantos el Cristo Atlético decayó. La intensidad con la que plantearon la primera parte ya no tenía sentido. Correr tras el balón es más duro cuando el marcador registra un 2-0. Por su parte el Real Ávila volvería a gozar de alguna ocasión de aumentar el marcador pero el asistente, que anuló alguna contra por fuera de juego, o Pedro, que salvó un intento de vaselina de Vicente, impedirían más goles.