La Madre, lejos del Hijo

diariodeavila.es
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La lluvia se convirtió en la esperada protagonista del Lunes Santo, obligando a suspender tanto la procesión de la Esperanza como la del Cristo de la Ilusión y haciendo imposible que se celebrara el 'Encuentro' en la Catedral

Lo habían anunciado las previsiones pero, como dice el dicho, la esperanza es lo último que se pierde. Los cofrades no querían renunciar a la posibilidad de realizar sus estaciones de penitencia pero el cielo no dio ninguna tregua, la lluvia se convirtió en la esperada protagonista, y finalmente se tuvieron que suspender las procesiones de Nuestra Señora de la Esperanza y del Cristo de la Ilusión y con ellas quedó lejos el acercamiento entre Madre e Hijo, el esperado encuentro entre las imágenes de las dos hermandades en la Catedral.

Ya antes de las 19,00 horas, cuando estaba prevista la salida de la Hermandad de Nuestra Señora de la Esperanza, el cielo lloraba apenas sin descanso. En el interior estaba todo preparado, con las imágenes de Jesús de la Salud en su Prendimiento y Nuestra Señora de la Esperanza iluminadas y situadas una frente a otra junto a la puerta de salida. Los cofrades esperaban esos últimos momentos para hacerse fotos con las imágenes y prepararse para la procesión, pero los nervios se notaban y los que no miraban directamente al cielo estaban pendientes de las previsiones a través de los teléfonos móviles.

Con ello llegó el primer anuncio, que se iba a esperar media hora para ver qué sucedía y si podía salir la procesión. Mientras tanto los comentarios no se hacían esperar. «No cae lluvia, caen cubos de agua», decían unos, mientras que otros, más esperanzados, aseguraban que «parece ser que las 19,30 horas deja de llover. Vamos a aguantar».

Mientras tanto se preparaba la salida con una oración y la lectura del Evangelio recordando el momento del Prendimiento de Jesús. El presidente de la hermandad, Héctor Costa, también recordaba que la procesión era un «compromiso de penitencia, silencio y oración».

Finalmente, ya cerca de las 20,00 horas, sucedió lo que prácticamente gritaba el silencio, se había esperado lo que se había podido pero había que tomar la única decisión posible, suspender la salida. No sólo estaba lloviendo y había granizo en el suelo sino que se esperaba que el aguacero continuara, como después se vio que sucedía.

El anuncio desató las emociones contenidas, las lágrimas tomaron todo el protagonismo, los abrazos se sucedían y la resignación avanzaba a pasos agigantados. Pero aún había que dedicar un momento más para una oración y la Salve mirando a la Virgen, para terminar con vivas para Jesús de la Salud y Nuestra Señora de la Esperanza, aplausos y las puertas del templo abiertas para que pudieran entrar quienes pacientemente habían esperado en el exterior de la iglesia de San Juan.

Después, Héctor Costa reconocía que no tenía «muchas palabras. Llevamos un año entero esperándolo. Es un momento muy difícil pero no hay seguridad».

Poco después, en la ermita de Las Vacas se mantenía la intención de salir a procesionar y así lo explicaba el presidente del patronato, José Martín, que no dudaba en señalar que su intención era salir. Deseo no faltaba, posiblemente empujados en un año en el que tendrán la Coronación Canónica de su Virgen, pero también había que esperar.

Primero se decidió retrasar la decisión hasta las 21,00 horas pero ya en el exterior se temía la suspensión, sobre todo teniendo en cuenta que la ermita estaba rodeada de gente con paraguas.

Mientras tanto el Cristo de la Ilusión, imagen que procesiona el Lunes Santo, permanecía resguardada en el interior del templo y concentraba buena parte de las miradas de todos los cofrades que llenaban la ermita.

Finalmente el presidente anunciaba que la procesión no podía llevarse a cabo, pero quiso tener unas palabras para recordar el trabajo realizado durante todo el año pero asegurando que «no nos podemos arriesgar con la talla del Cristo».

Eso sí, se aprovechó para abrir las puertas y que las personas que estaban en el interior intentasen entrar, lo que no fue nada fácil puesto que el templo se llenó rápidamente. De todas formas, para no perder la oportunidad de su procesión sí que se movió a la imagen del Cristo de la Ilusión en el interior del templo, un momento que fue capturado por muchas de las cámaras que había en la ermita. Mientras tanto se pudieron escuchar las marchas de la Banda de Cornetas y Tambores Santísimo Cristo a la Columna ‘El Amarrado’, tocadas desde el interior.

Con ello finalizaba el Lunes Santo y Ávila lloraba, como su cielo, el hecho de que no se pudiera producir uno de los momentos más bonitos de la Semana Santa de Ávila, el ‘Encuentro’ de las imágenes de Nuestra Señora de la Esperanza y el Cristo de la Ilusión frente a la Catedral de Ávila. La lluvia no lo hizo posible y ahora sólo toca esperar hasta el próximo año.