Una gran voz para el centenario

Isabel Camarero
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La soprano Ainhoa Arteta pisó por primera vez un escenario abulense atraída por el aniversario del nacimiento de la Santa

ERA la primera vez que venía y el público se lo agradeció con un prolongado aplauso incluso antes de que empezara a cantar. La soprano Ainhoa Arteta devolvió el gesto de agradecimiento  con lo que mejor sabe hacer y dejó en la Sala Sinfónica del Lienzo Norte un completo recital para deleite de los amantes de la ópera que se citaron allí por centenares y hasta sumar bastantes más de mil con, por cierto, muchas caras conocidas de la vida social y política abulense.

Fue un concierto de casi dos horas de duración (incluyendo el descanso) y que empezó con obras de Hahn, Vivaldi, Albeniz y Strauss para ir calentando el ambiente y la potentísima voz de la soprano y que culminó con composiciones de García Abril, Granados, Obradors,Mompou y Sokol que preludiaron la interpretación del Himno del V Centenario que compartió Arteta con el Coro Gregoriano de la Santa en un espectáculo final muy aplaudido. Con puntualidad casi británica salieron al enorme escenario la soprano y su magnífico compañero Rubén Fernández-Aguirre: ellos solos se bastaron y sobraron para llenar de arte un auditorio que estaba ansioso de escucharles. Ya había prometido Arteta que sería un monográfico cantado con el alma y eso fue lo que transmitió poniendo literalmente los pelos de punta a muchos de los allí congregados.

De presentar la actuación se encargó Carlos Aganzo, a la sazón autor de la letra de un himno a la que pone música Francisco Palazón y que fue el  broche de oro al paso de Arteta por Ávila en compañía del Coro Gregoriano, ya Aganzo se encargó de asegurar que durante los ensayos sonaba impresionante y no defraudó. También recordaba el maestro de ceremonias el amor por la música de Teresa de Jesús y afirmó que seguro que ésta hubiera estado encantada de presenciar una actuación como la acontecida anoche en la capital.