San Bartolomé de Pinares cumplió un año más con la tradición de encender sus Luminarias, las hogueras que se diseminaron a lo largo de la localidad para que, a partir de su humo, se pudiera purificar a los animales. Jinetes y caballos se reunieron junto a la casa parroquial para recibir la bendición y, con la compañía de los mayordomos, comenzar el recorrido por las hogueras. Como es habitual, un buen número de vecinos y curiosos se congregaron por las calles para ver la imagen de los caballos pasando por el fuego y el humo, aunque en menor medida que otros años al no caer la fiesta en fin de semana.