El sol y las cálidas temperaturas se aliaron con las celebraciones del Día del Libro en Ávila, cuyo casco histórico estaba repleto no solo de turistas -que había muchos, sobre todo en grupo-, sino también de abulenses dispuestos a disfrutar de una jornada de jueves que invitaba a salir de casa. Muchos de ellos acabaron en la Feria del Libro, que este año tiene como principal novedad su cambio de ubicación, que ha pasado al paseo del Rastro «a petición de los propios libreros», apuntó Sonsoles Sánchez-Reyes, teniente alcalde de Cultura. Son ocho las librerías abulenses que hasta el próximo domingo permanecerán en ese lugar privilegiado de la ciudad para acercar la literatura a la ciudadanía.
Es tal la variedad que allí se ofrece que resultaba difícil no adquirir algún título.
Hay quien, además de leer, también se anima a escribir, participando incluso en certámenes y concursos literarios. En el de microrrelatos convocado por el Ayuntamiento de Ávila con motivo del Día del Libro participaron 81 personas. Sánchez-Reyes se mostró satisfecha no solo por «la elevada participación», también por «la presencia de gente joven» dispuesta a «sentarse a reflexionar y a escribir en esta época tan rápida en la que vivimos», dijo. Será este viernes cuando se conozcan los premiados en las diferentes categorías.
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