LAS previsiones y los nubarrones que cubrían la ciudad amenazaban lluvia y las precipitaciones llegaron a media tarde aunque de forma muy tímida, restando quizás algo de afluencia a la romería pero sin aguar la fiesta del todo. Decenas de abulenses, principalmente en familia aunque también en grupos de jóvenes, volvieron a dar vida a la tradición y en el domingo de Pascua y Resurrección se sumaron a la romería en El Pradillo, el punto y final oficioso a la Semana Santa de Ávila.
La pequeña ermita del Resucitado, ya con las dos imágenes titulares de la Cofradías del Santísimo Cristo Resucitado y Nuestra Señora del Buen Suceso en su interior desde las dos de la tarde, volvió a ser destino del paseo de los devotos. Mayores y pequeños también disfrutaron del aire libre, la hierba y la peñas de El Pradillo para pasar la jornada dominical, que se fue volviendo más fresca a medida que avanzaban las horas.
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