El tapíz de la Muerte de Dido agranda la serie anualde Patrimonio Nacional

ANDRÉS GALARÓN
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Desde el día 18 de septiembre se conoce en una hoja bloque de Correos el tapiz dedicado a la Muerte de Dido, con 250.000 unidades. El valor postal del sello es de 3,15 euros, dentro de la temática Patrimonio Nacional Tapices

El tapíz de la Muerte de Dido agranda la serie anual de Patrimonio Nacional

Toca repasar con la entrega anual de Patrimonio Nacional algunos de los elementos de arte que están bajo el manto de la Corona española. Piezas singulares que conserva ese organismo público y que con su difusión sirve para hacernos idea del rico acervo cultural y patrimonial que atesora la institución como un gran legado. Desde el día 18 de septiembre se conoce en una hoja bloque de Correos el tapiz dedicado a la Muerte de Dido, con 250.000 unidades.

El valor postal del sello es de 3,15 euros, dentro de la temática Patrimonio Nacional Tapices. Su diseño corresponde a Juan A. González. Como gran obra de arte que es está impresa conjugando calcografía y el huecograbado sobre papel engomado. Desde la aparición de esta serie filatélica se han sucedido una gran variedad de objetos. Antiguos códices, piezas de porcelana, relojes de sobremesa, tapices... se suceden como un rico catálogo que habla del pasado glorioso de España.

El paño de la Muerte de Ido está elaborado en lana y seda y describe el trágico final de la reina Ido. En él se aprecia cómo la reina se desvaneces después de haberse herido con la espada de Enes, su gran amor, siendo sostenida por dos doncellas. En el suelo aparece el retrato de Enes, sus joyas y la espada. Sobre las nubes destaca la diosa Juno, figura de la mitología romana a la que se consideraba protectora de las mujeres, el matrimonio y los nacimientos.

Todo el tapiz está bordeado con una rica cenefa de guirnaldas con elementos florales y vegetales, y con las figuras de dos querubines. Fue realizado en Bruselas, hacia 1660, en los talleres de Marcus de vos. Pertenece a Patrimonio Nacional y se expone en el Palacio Real, de Madrid, donde se conserva una de las mejores colecciones de tapices del mundo. Basta recordar, que los soberanos españoles lo fueron también de Flandes.