«La novela debe ser un reto para el lector»

Javier D. Bazaga (Spc)
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Manel Loureiro acaba de publicar Fulgor (Planeta), un thriller en el que plantea al lector el reto de cuestionarse hasta dónde estaría dispuesto a llegar para salvar a los suyos, y dónde están sus límites.

 
Manel Loureiro acaba de publicar Fulgor (Planeta), un thriller en el que plantea al lector el reto de cuestionarse hasta dónde estaría dispuesto a llegar para salvar a los suyos, y dónde están sus límites. Su estilo rápido e inquietante ha permitido que sea uno de los pocos autores españoles contemporáneos que ha conseguido situar sus libros en la lista de los más vendidos de Estados Unidos.
Es la quinta novela de intriga que escribe. ¿Por qué este género?
Me encantan las novelas que supongan un reto para el lector, las que proponen un pacto en el que yo saco la mano y digo: «Ven conmigo que te voy a contar una historia que te va a intrigar tanto que no vas a poder dejar de pasar páginas hasta el final». 
¿De dónde viene toda esa fascinación?
Somos fruto de lo que vemos y lo que hemos aprendido. Los que estamos por debajo de los 50 años, somos hijos de la generación audiovisual. Hemos crecido merendando el bocata delante de la tele y viendo películas. Eso nos ha dado unos códigos para contar historias que nos apasionan. Al final, eso se traslada.
¿Es una forma de adentrarse en ese miedo que siempre tenemos a lo desconocido y oculto?
Es una manera de enfrentarse a nuestros propios miedos. El thriller cuenta una historia donde los protagonistas se enfrentan a decisiones imposibles, y la manera de hacerlo de los lectores es desde la seguridad que nos da estar a este lado del papel. Por eso nos gusta.
Es jugar con la mente...
No. Es jugar con las emociones. Si yo te cuento la historia de un tipo que sale por la mañana para ir al trabajo, luego se va a su casa, se echa la siesta, etcétera, te he contado una historia tremendamente aburrida. Pero si mientras hace eso, hay una furgoneta con unos tipos encapuchados que le secuestran y lo llevan hasta un helipuerto para subirle a un helicóptero, la historia se vuelve emocionante. Juegas con la ira, la venganza, el miedo, el deseo... Hay tantas cuerdas que es fascinante. Lo que interesa es que vivas dentro del libro. 
Esas cuerdas que le gusta mover, ¿tienen algo que ver con su profesión de abogado?
¡Espero que no! Hace tres años que colgué la toga. Desde entonces, me dedico a escribir, lo que considero un privilegio. Tuve que dejarlo porque no podía ser puta y monje a la vez. Me di cuenta de que si cometo un error en una novela, no le hago daño a nadie más que a mí, pero si el error era como abogado podía ser muy perjudicial. Es cierto que parte de mi pasado de leguleyo picapleitos se cuela en mis novelas con esa interpretación un poco bizantina de los abogados de las historias.
Cuéntenos algo de Fulgor.
Fulgor es la historia de Casandra y Casandra es Fulgor. Es una mujer normal con una vida rutinaria y un día, después de dejar a su hija en el colegio, tiene un accidente de tráfico que la deja en coma. Los médicos abandonan toda esperanza de vida, pero, a los 100 días, abre los ojos y está en perfecto estado. Reanuda su vida, pero descubre que sí tiene una secuela. Y hasta aquí puedo leer.
Hay mucha ficción pero, ¿tiene algo de realidad?
Tiene un trabajo detrás de documentación. Casandra es psiquiatra y visité varios centros de salud mental.
Plantea la lucha entre el bien y el mal. ¿Es una batalla sin fin?
Es una batalla que tenemos con nosotros mismos y una batalla con la sociedad que nos rodea. Es una lucha que no se puede ganar nunca del todo, pero que tampoco se puede perder. 
¿Qué es para usted el fulgor?
Es simbólico y real. Nadie sabe si existen las auras, lo que sí que es cierto es que existen personas cargadas de positivismo y negatividad. 
Desde hace un par de novelas le consideran el Stephen King español. ¿Cómo se ve?
Es una comparación que me queda muy grande. Es halagador.
¿Tiene que ver con que haya entrado con fuerza en el mercado estadounidense?
En Estados Unidos solo el tres por ciento de los libros que se publican son de autores no anglosajones. No les interesa nada de lo que se publica en otras partes del mundo. A mí me gusta imaginarme a Stephen King cogiendo la lista de ventas en bata y preguntándose quién puñetas es este Loureiro. 
¿Algún nuevo proyecto?
Sí. Estará listo a finales de 2016 y en Planeta están entusiasmados.
¿De dónde saca la inspiración?
Nadie sabe de dónde salen las ideas. Hay mucho de impredecible y de mágico en esta profesión, porque frente a la industria, hay artesanía, que es escribir. La inspiración viene de cualquier lugar. Son chispazos. Fulgor arranca con una frase de Johnny Cash. Iba conduciendo mi coche bajo la tormenta por una carretera de montaña de Galicia. Al día siguiente, abrí mi libreta de apuntes y vi que había encontrado el hilo de un ovillo que tenía que desenredar, y ese ovillo era Fulgor.