Elena Pérez fue «con orgullo» la improvisadora encargada de poner el broche de oro a un más que exitoso IV Ciclo Internacional de Narración Oral para Adultos. Internacional sí y minoritario, también, tal y como reconoció la directora del mismo Patricia Picazo pues «la narración para adultos sigue siendo cosa de pocos». Aunque a tenor de los buenos datos con los que hizo balance parece ser que en Ávila está empezando a ser cosa de muchos. Durante las cinco semanas que ha tenido continuidad la iniciativa  ha conseguido atraer cual flautista de Hamelín – ya que de cuentos se trata– a más de 1.500 personas con sus 27 actividades. Además ha tenido el mérito de hacerse a la antigua usanza pues para la ocasión se ha dotado de mecenas ya que de otro modo prácticamente hubiera sido inviable dadas las nulas subvenciones concedidas, pese a que «buscarse se han buscado» reconocía Picazo, casi sobrepasada con el éxito no sólo de convocatoria, sino de mecenas (hasta sumar las 78 personas), de voluntarios, de establecimientos colaboradores... Sí destacó la presencia de la Fundación Caja de Ávila, del Colegio de Arquitectos, de la Biblioteca Pública... de los 12 narradores orales que han pasado por la cita «rebajando su caché», de las 15 personas de organización, de los tres músicos solistas...

En definitiva una cita que debería estar condenada, en el buen sentido de la palabra, a repetirse y que desde luego si es por el bagaje que hay detrás lo hará y de hecho la directora no lo descartaba pero claro qué menos que tener un guiño con la gente que tanto tiempo dedica a cambio de nada. «Porque los cuentos dan, pero las cuentas, no».