Frenazo emprendedor con 175 empresas menos cotizantes en CyL

SPC
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Cecale considera que el dato, que supone un retroceso a cifras de 2015, "no es una buena noticia" pero recalca que el aumento de la contratación revela "un cierto redimensionamiento"

La recuperación económica no impulsa el tejido empresarial de la Comunidad, que encogió en 2018 y se situó en niveles de 2015. La Comunidad acumula cuatro años prácticamente con el mismo número de empresas, un estancamiento en ejercicios de dinamismo que preocupa y mucho a la patronal, cuando el año que viene se prevé una nueva desaceleración económica. Con todo, los empresarios recalcan que la creación de empleo sigue creciendo, lo que denota “un cierto redimensionamiento” de las actividades, informa Ical.

Los datos que maneja el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social sobre empresas cotizantes revela que el año 2018, cerró con 68.605 activas, lo que representa una merma en 173 respecto a 2017, con una rebaja porcentual del 0,3 por ciento. El dato global de actividades es idéntico al que se registró el último día del año 2015; y muy similar al de 2016, cuando se llegó a finales del año con 68.612.

Todos los sectores sufrieron un retroceso respecto al ejercicio anterior, excepto el agrario, que ganó 122 actividades, hasta las 5.630, con un aumento relativo del 2,2 por ciento. Por el contrario, los servicios perdieron 193, hasta las 49.108, con una reducción del 0,4 por ciento; la industria se contrajo un 1,1 por ciento, con 78 menos, hasta las 7.027 empresas; y la construcción mermó un 0,3 por ciento, con 24 menos y una cifra global de 6.840.

La pérdida de tejido empresarial no fue un impedimento no obstante para que el empleo creciese en la Comunidad. El número de trabajadores de estas empresas alcanzaron los 636.409, lo que supone 15.901 más que en el ejercicio anterior con una subida porcentual del 2,6 por ciento.

Todos los sectores elevaron la contratación. Las empresas de servicios contaban al término de 2018, con 455.246 asalariados, 12.041 más que en 2017 por las mismas fechas, con un alza del 2,7 por ciento. Asimismo, la industria empleaba a 127.466 personas, lo que supone un crecimiento del 1,4 por ciento respecto al año anterior, con la suma de 1.800 empleos. En cuanto a la construcción, alcanzó los 36.574 empleos, con una aumento en 1.535 o un 4,4 por ciento más. Por último, en la agricultura se impulsaron 525 empleos, con una subida del 3,2 por ciento, hasta los 17.123.

La información que facilita el Gobierno constata que del total de asalariados, la mayor parte, 445.480, que suponen el 70 por ciento, contaban con contrato indefinido, frente a los 190.929 con empleo temporal. Asimismo, concreta que 473.899 estaban trabajando a tiempo completo, mientras que 162.510 lo hacían a tiempo parcial.

La cara y la cruz de las cifras

Fuentes de la Confederación de Organizaciones Empresariales de Castilla y León (Cecale) destacaron que la desaparición de compañías en los sectores productivos “no es una buena noticia”. Sin embargo, indicaron que es “positivo” que “aún cuando son menos cuantitativamente, han elevado el nivel de empleo, contratando a más personas”.

El aumento de la contratación de más trabajadores pone de relieve, a juicio de la patronal autonómica, que “la tendencia del tejido empresarial de estos últimos años parece ir hacia un cierto redimensionamiento de aquellas empresas que han logrado sobrevivir a la profunda crisis y que ahora ya pueden tener marcado el reto de ampliar sus líneas de negocio y consolidar su actividad”.

Responsables de Cecale comentaron a Ical, que es preciso favorecer la inversión reduciendo la presión fiscal y, en paralelo, generar “un ecosistema favorable al emprendimiento de proyectos empresariales competitivamente sostenibles y su consolidación”.

Este entorno, explicaron, debe facilitar “la unidad de mercado, la reducción normativa, burocrática y la simplificación administrativa, al tiempo que debe de estar dotado no solo de suficientes y adecuadas infraestructuras de transporte y comunicación, sino también digitales e inteligentes que permitan la plena conectividad, así como medioambientales y redes logísticas”.

Además, defendieron que igual de importante es que las empresas puedan disponer de medidas de apoyo para el acceso a los diferentes instrumentos de financiación ajena, que les facilite la adquisición de tecnología y conocimientos, así como la inversión en proyectos innovadores. Del mismo modo, incidieron en que “es muy importante que las empresas puedan internacionalizar sus productos y servicios con mayor agilidad y en mayores mercados”.

“Si no se toman medidas en el sentido anteriormente descrito, se podría estar poniendo serios límites al potencial crecimiento económico que se venía ya alcanzando en los últimos años; tras los duros ajustes y esfuerzos realizados por toda la sociedad durante la crisis”, resumieron.

Provincias

Por provincias, el número de empresas cotizantes tuvo un comportamiento desigual. Creció en Burgos, Salamanca, Soria y Valladolid y se redujo en el resto. En concreto, en la provincia burgalesa (10.875), se elevó un 0,2 por ciento; en la salmantina (10.444), un 0,4 por ciento; y en la soriana (2.957) y la vallisoletana (15.640), un uno por ciento en ambos casos.

La provincia segoviana (5.486), perdió sólo un par de empresas; mientras que en Zamora (5.336), cayeron un 1,3 por ciento; en Ávila (5.137), bajaron un 0,9 por ciento; y en Burgos (10.875) y León (12.733), se redujeron un 0,6 por ciento, en las dos.

En cuanto al número de trabajadores, aumentó en todas las provincias excepto en Palencia (44.541), donde descendieron un 0,2 por ciento. Por el contrario, crecieron en Salamanca (82.165), un 3,5 por ciento; en Valladolid (160.566), un 3,2 por ciento; en Segovia (39.242), un tres por ciento; en Soria (26.905), un 2,9 por ciento; en León (106.148), un 2,8 por ciento; en Burgos (109.512), un 2,2 por ciento; en Zamora (34.574), un 1,9 por ciento; y en Ávila (32.756), un 1,5 por ciento.