El poeta y periodista Carlos Aganzo ofreció en el convento de la Santa una charla para desentrañar el significado del himno que compuso para el  V Centenario de Santa Teresa, labor que realizó como «si de un comentario de texto se tratase» para así «destripar un poco lo que ese himno es, qué significa cada verso, por qué se cuenta y por qué se dice, para darnos cuenta al final de que más que un himno al uso es casi una biografía entera de ella en todas sus facetas, la de religiosa, la de fundadora, la de escritora y la de mística, que son las cuatro estrofas que la definen».

En ese análisis «palabra a palabra», apuntó, «encontramos algunos de los símbolos de Teresa de Jesús, algunos de sus libros, algunas de sus revelaciones, y todo eso está contado con una letra que tiene que tener las sílabas medidas y que luego tiene una música, algo aparentemente es muy sencillo pero tiene detrás mucho trabajo».

Tras explicar que un himno  «no es poesía en sentido estricto, porque tiene menos libertad y debe cumplir unos objetivos ya que es algo para ser cantado por el pueblo y tiene que tener una interpelación también al pueblo», Carlos Aganzo recordó que la inspiración para escribirlo «fue muy sencilla porque siempre llevo dentro a Santa Teresa; después del encargo lo hice relativamente rápido y me costó mucho más cuadrar los pies métricos con la música, pero el mensaje, lo que quería decir, lo tenía muy claro desde el principio».

La primera vez que escuchó el himno, recuerda, «me emocionó muchísimo, ya que la música de Palazón es maravillosa y cuando lo estrenamos la gente ya cantó la primera estrofa porque la música le había entrado en el oído; esa es una virtud de Palazón, que hace unos himnos que entran directos al corazón de la gente, y eso ayuda mucho a la letra».

También el lenguaje para crear el himno fue diferente al que maneja para hacer poesía, cambio que afirmó que «no me costó mucho porque lo hago con cierta frecuencia».