El número de nacimientos registrados en España en 2017 es el más bajo desde 1999, mientras que el de defunciones es el más alto desde 1976. De hecho, el país registra más muertes que partos por tercer año consecutivo. 

Además, España tiene un saldo vegetativo negativo (alumbramientos respecto a fallecimientos de la población residente, descontando a los no residentes) de 31.245 personas, algo que ocurre por segunda vez en la última década.

En total, contando con la población residente y no residente, el número de nacimientos disminuyó en 2017 un 4,5 por ciento respecto al año anterior, con un número de alumbramientos que alcanzó los 391.930 niños, mientras que el de defunciones aumentó un 3,2 por ciento, según los datos provisionales del INE revelados ayer. Desde 2008, cuando nacieron 519.779 (lo que supuso el máximo en 30 años), la cifra de alumbramientos se ha reducido un 24,6 por ciento. 

Igualmente, la tasa bruta de natalidad se situó en 8,4 partos por cada mil habitantes, cuatro décimas menos que en 2016. 

De los 391.930 nacimientos que tuvieron lugar en España, 75.564 fueron de madre extranjera, lo que supuso el 19,3 por ciento (18,5 por ciento en 2016). El número medio de hijos por fémina se redujo tres centésimas entre las progenitoras nacionales, hasta los 1,25, y dos centésimas entre las extranjeras, hasta 1,70.